Estaba siendo muy superior el Albacete a una Cultural encerrada, parecía que el gol estaba al caer, pero una acción absolutamente innecesaria, con el juego detenido y a la espera de un saque de banda en el centro del campo, junto a los banquillos y al linier, llevó a la expulsión de un Carlos Delgado que cayó en la trampa y más todavía teniendo ya tarjeta amarilla.

Esa expulsión lo marcó todo, porque a partir de ahí, y a pesar de que el Alba logró adelantarse en el marcador, lo cierto es que los locales se ‘comieron’ al Alba. «Con la expulsión todo cambia», reconocía un José Manuel Aira visiblemente afectado al acabar el partido, pero que tampoco quiso cargar tintas contra su capitán: «Ha sido una acción muy rápida y Carlos no tiene que entrar en esa situación teniendo una tarjeta, eso tiene que pensarlo. Hay que tomar buenas decisiones y lo habíamos hablado, lo que tiene que hacer es aprender y que no se produzca más».

Al término del partido, el capitán dio la cara y asumió su responsabilidad, pidiendo disculpas de inmediato. Su compromiso queda fuera de toda duda y la temporada que llevaba no merece dudar ni un ápice de él, pero lo cierto es que esa expulsión ha podido costar cientos de miles de euros que el club esperaba ingresar al superar esta ronda copera.