Escrito por: Hugo Piña
lunes, 28.11.2016
No ha trascendido mucho más de lo anecdótico que supone la lesión de un colegiado en Segunda B. Pero en el encuentro del pasado sábado en el derbi ante el Toledo, en el Salto del Caballo, uno de los líneas del colegiado principal Gálvez Rascón, no pudo continuar su labor desde la banda, teniendo que ser sustituido.
Teóricamente en una categoría semiprofesional como la división de bronce, no existe la figura del cuarto árbitro, por lo que cuando esto sucede, como norma general, se avisa por megafonía de la existencia de algún colegiado con ficha para poder ejercer la labor del compañero lesionado.
Y eso fue en mayor medida lo que ocurrió el pasado sábado en el Salto del Caballo, ya que uno de los líneas designados por la RFEF no pudo continuar tras el descanso, teniendo que ser Antonio Alberola Rojas (adscrito al comité toledano) quien, vestido de calle tuviese que cambiarse rápidamente en los vestuarios del feudo capitalino y salir a correr la banda.
Cabe reseñar en este punto, que el encuentro se reanudó en la segunda mitad con más de cinco minutos de retraso, desarrollándose el resto del encuentro de forma normal hasta su finalización. Y como indicamos, poco o nada se sabe de este detalle que no condicionó el resultado final, pero lo cierto es que en el acta (pública) de la federación tampoco aparece nada de esta curiosa cuestión.