Escrito por: 5 más el descuento
domingo, 25.12.2016
Opinión de Rubén Oliva:
Este lunes nos despertábamos leyendo un artículo de El Confidencial bajo el titular «Un evasor de Nummaria pone a la venta Aurgi tras reflotarla de la quiebra» donde, como era de esperar, los nombres de Saúl Ruíz de Marcos y José Miguel Garrido iban a hacer acto de presencia. Del artículo, que bajo mi punto de vista mezcla dos temas bien distintos, no entraré a analizar lo concerniente al supuesto fraude fiscal de 2,19 millones de euros donde Saúl y Garrido, entre otros, han sido acusados por el fiscal anticorrupción Tomás Herranz y que presuntamente hicieron entre 2012 y 2013 a través del despacho Nummaria. Si lo anterior se confirma, solo queda esperar que la justicia actúe y castigue aquello que infrinja la legalidad, a la que todos estamos sujetos.
Pero como decía, más allá de esa mezcla de noticias, me pareció significativo comprobar el modus operandi del «liquidador» Garrido y que, aun con sus importantes particularidades, podría ser extensible al Albacete Balompié. Resulta que Thesan Capital, el fondo gestionado por Saúl Ruiz de Marcos, compró en 2009 la red de talleres Aurgi por 4,7 millones de euros, y tras sacarla del concurso de acreedores y reflotarla (eso sí, con una reducción de empleados casi a la mitad incluida -todo no se puede, también es de lógica), ha conseguido un espectacular crecimiento facturando casi 50 millones de euros en 2014, abriendo 10 nuevos centros y con un crecimiento más de un 44% superior a la media del sector.
El resultado de todo esto: Garrido y los suyos ahora han decidido poner a la venta la red de talleres y esperan sacar unos 30 millones de euros. Se gastaron 4,7 en su día, y varios años después y tras las medidas adoptadas para salvar a la empresa, pueden sacar más de 25 millones de euros de beneficio.
Realmente es difícil trasladar este tipo de operaciones a un negocio como el fútbol, donde la suerte o no dar con jugadores comprometidos te puede condenar a echar por tierra todo tu plan, pero esta noticia puede servir para ilustrar lo que Garrido quiere en el Alba.
Habrá gente que no sea partidaria de esto, y hasta un cierto punto es entendible que no sea plato de buen gusto ver a tu equipo de fútbol metido en operaciones o planes de reestructuración alejados del sentimentalismo de sus aficionados, pero cuando tienes todo perdido incluso hay que agradecer que alguien se acuerde de ti, aunque sea para hacer negocio. No en vano, el día que Garrido pueda poner a la venta al Alba multiplicando su inversión significará que primero, «el Alba se muere» de Aurelio Milla habrá quedado como una mala pesadilla y segundo, que también el pozo de la Segunda B habrá quedado atrás. Si en algún momento fuera posible tal escenario, la realidad es que «el liquidador de Madrid» habría salvado a una entidad que estuvieron a punto de cargarse los dirigentes de Albacete. Así que, ¡suerte Garrido!