Escrito por: Hugo Piña
lunes, 05.12.2016
La ruta “Pasadilla – Los Castellones” de Villarrobledo atraviesa un espacio con vestigios humanos desde el paleolítico inferior y ofrece un paisaje de transición entre la llanura Manchega y el Campo de Montiel, con suaves ondulaciones del terreno, terrazas y meandros modulados por los cauces del río Córcoles y el río Sotuélamos.
El recorrido partió desde la aldea de La Pasadilla, conjunto de casas de labranza y otras dependencias asociadas a las labores agrícolas y ganadera, en la que se conservan restos de construcciones e infraestructuras de la época romana.
Los senderistas tomaron el Camino Viejo de El Bonillo, que recorre una zona de matorral, rastrojos y barbechos, hábitat ideal para avutardas, el ave esteparia más grande de Europa.
Una ruta donde acompañó el tiempo a los participantes en un recorrido sin grandes dificultades en su recorrido con suaves subidas y bajadas de lomas, pequeños cerros testigos y terrazas asociadas a los ríos Córcoles y Sotuélamos, con alguna complicación al adentrarse por sendas que obligaron a caminar en fila india.
Un descanso para almorzar unas gachas con tocino que fueron preparadas por Lorenzo y Miguel cortesía del Ayuntamiento de Villarrobledo para tomar fuerzas y continuar la ruta con tres magníficos guías: José, Manuel y Agustín.
Los senderistas atravesaron el cauce del Córcoles por un puente con restos de una calzada romana para llegar al molino harinero de agua de La Pasadilla, que forma parte del patrimonio histórico hidráulico de Castilla La Mancha.
Para acabar la ruta los senderistas atravesaron un puente romano para subir a Los Castellones situada sobre un pequeño cerro donde divisaron un paisaje de terrazas naturales y dominado por lomas y pequeños cerros, desde los que distinguen algunas morras propias del “Bronce Manchego” en un espacio protegido.
