Se va el Monchi de la Segunda B, se va Víctor Moreno (Artículo de Opinión)

Escrito por: Rubén Oliva

miércoles, 19.04.2017

Esta semana se ha conocido que Víctor Moreno deja el Albacete Balompié «por motivos personales» (¿?) seis años después de su llegada. Un 22 de junio de 2011, Antonio Gómez lo presentaba junto a Eloy Jiménez como adjuntos a la secretaría técnica del Albacete, y desde entonces su papel no ha dejado de ir en aumento. El Alba empezó contando con presupuestos importantes en la categoría y de la mano de Víctor siempre se logró entrar en play off (no siempre lo consiguen los históricos, véase el Hércules esta temporada). Por el camino cayeron Eloy y Antonio Gómez y la realidad es que a Víctor le tocó bailar siempre con la más fea, en los años más difíciles de la historia del club. El verano de Echevarría y Secades (el entrenador era Pastelero), este conquense que nunca ha dicho una palabra más alta que otra fue capaz de sacarse de la chistera un equipazo, a pesar de que decían que estaba con pie y medio fuera. Nadie debería olvidar que el Alba del ascenso costó solo 600.000 euros.

Ya con Garrido, Víctor y Sampedro formaron un equipo que trabajaba en los fichajes pero en Segunda se notó que costaba más. Hubo fallos de bulto que terminaron en un pobre descenso y sin lugar a dudas ahí está la peor nota de Víctor. No obstante, esta temporada parece haber vuelto a acertar en líneas generales (incluso en el mercado de invierno con Iván Sánchez o Noblejas) y a confirmar que como director deportivo en Segunda B no hay muchos como él.

Se va un currante que ha sentido y querido al Alba, que ha trabajado a destajo y viajado por toda España por hacer cada vez mejor su función. Víctor nunca ha montado ningún lío en un club que ha sido una casa de locos los años donde él ha estado, y tiene más aciertos que errores. Es el director deportivo que mejor ojo ha tenido en recuperar a futbolistas medio olvidados, como Keko, Arroyo o Tomeu Nadal, y tampoco ha cedido nunca a presiones de representantes y otros agentes. Seguramente con el tiempo se acabe confirmando el gran trabajo que ha hecho.