Escrito por: Hugo Piña

sábado, 14.07.2018

Primera semana de entrenamientos y ya hemos advertido a las claras que el Luis Miguel Ramis Monfort manda. Eso lo sabemos aquí y en la China Popular. El técnico es el que concentra casi todo el poder de un vestuario que en el caso particular del Albacete estará desde ahora comandado por un  Ramis que arriba al Carlos Belmonte con la idea preconcebida de disfrutar él y de hacer que sus chicos hagan disfrutar al público local.

Para ello, Ramis tendrá que ejercer una preponderancia con todos y cada uno de los jugadores que forman el vestuario del Albacete Balompié, que lo forman y que también lo han formado, ojo. Y es que, pese a que algunos tengan un bagaje anterior en este club de manera exitosa, el que desde ahora manda, pero sobre todo ejerce, es Ramis. Él y su cuerpo técnico, pues nadie debería ejercer de ‘falso segundo’.

Preponderante sobre sus chicos y atrevido con las ideas que desde ahora se llevarán a cabo con él. Ideas por cierto, que en caso de éxito o fracaso, le serán remuneradas a él. Va en el sueldo. Ni más ni menos. Pero lo que no va en el sueldo es que a Ramis le puedan cercenar parte de la superioridad que desde el pasado miércoles ostentará en Albacete y que desde ahora todos, incluidos jugadores, tienen que tener presente.

Él decide y él acierta o se equivoca. Nadie más. Y por cierto, se puede mantener la jerarquización en un vestuario sin sacar el látigo o sin vender humo, aspectos estos fundamentales para mantener la mayor de las elocuencias en un puesto ‘feriante’ como el de entrenador y sobre todo en el fútbol actual.