Zaragoza, examen de historia (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

jueves, 27.09.2018

El Real Zaragoza es un histórico (LaLiga 123 está llena de ellos),y todos sabemos que está en Segunda de paso, aunque es cierto, que la travesía por el desierto está durando más de lo previsto. Tanto dura el viaje, que ya no es el primer equipo de Aragón.

La historia juega también los partidos. De la misma manera que los derbis entre vecinos se suelen disputar mucho y decidir por poco aunque la diferencia en la clasificación sea enorme, del mismo modo un equipo en baja forma se puede imponer a otro, por el simple hecho de portar más galones.

De ningún modo quiere esto decir que el Albacete le deba pleitesía u obsequiosidad al equipo maño; respeto, sólo le debemos respeto. Y, de ninguna manera pretendo decir que el Zaragoza está en baja forma deportiva. Como institución sí, pero como equipo de fútbol, sigue siendo uno de los favoritos al ascenso.

A día de hoy, y más allá de lo accidental de la clasificación, el Albacete, en lo futbolístico, está un peldaño por encima, e institucionalmente llevamos dos o tres, o una escalera de ventaja. El Zaragoza intenta salir de una época que lo dejó en la UVI, con deudas infinitas, afición desesperada y con la autoestima por los suelos. ¿No les resulta familiar esta retahíla?

La justa que vivirá el Carlos Belmonte, es simplemente un partido más y servirá para que la afición homenajee a los blancos, que tan buen sabor de boca nos van dejando jornada a jornada.

Juguemos, pues, el choque sin tener en cuenta ningún elemento extradeportivo, y ni la historia, ni la clasificación deben hacersepresentes.

Para el Alba es perentorio empezar a marcar la linde y mostrar a toda la categoría que el Belmonte es un castillo inexpugnable, una plaza dura de roer donde nadie debería tosernos. Rendimos mejor lejos de La Mancha, que en casa. Ni qué decir tiene que hay que seguir dando la cara por ahí, pero al calor del hogar, es llegado el momento de sacar toda la autoridad.

De lo contrario, volverán las dudas y, excuso recordar al lector, cómo se las gasta el Albacete cuando afloran los vaivenes.

Cuatro partidos disputados en casa y sólo una victoria, es magro bagaje. A estas alturas esto ya lo saben todos, y no estaría bien que los rivales empezasen los partidos con esa gran ventaja psicológica, que arrastraría a los nuestros a interiorizarlo, con el consiguiente riesgo de cronificar la tendencia.