¿Campañas para ayudar a unos y perjudicar a otros? Pues parece que sí (Opinión)

Escrito por: Rubén Oliva

jueves, 13.12.2018

Con la evidente complejidad que entraña la poco reconocida labor arbitral, el paso de las jornadas en la LFP lleva a considerar que, al menos, sí existen ciertas corrientes a la hora de pitar a según qué equipos y, sobre todo, a según qué jugadores. Se entiende que ningún árbitro busca ser noticia por una equivocada actuación, pero hay antecedentes más que de sobra para pensar que con un mínimo de influencia sí llegan de casa. No hace falta más que analizar los arbitrajes que semana tras semana recibe el delantero del Alba, Roman Zozulia. Para que al ucraniano le piten una falta -ya ni hablamos de un penalti- a favor, el grado de violencia del que debe ser objeto es escalofriante. Lo contrario sucede en sus acciones punibles, que a la mínima son duramente sancionadas por un estamento que comparte esta pauta de actuación contra Zozulia, evidenciando que la objetividad no existe de forma plena en el arbitraje.

Pero también con los clubes parece existir un cierto ánimo de ‘ayuda’ o ‘impedimento’ a que alcancen sus objetivos. Por ejemplo, en Primera División poca gente duda que el Athlétic Club está recibiendo decisiones favorables a sus intereses para escapar de su delicada situación clasificatoria: no interesa que este histórico descienda.

En Segunda División hay clubes como Granada o Málaga que siguen teniendo mucha fuerza en los estamentos del fútbol. En Los Cármenes o en La Rosaleda es francamente complicado que un árbitro les pite un penalti en contra y los deje con 9… como hizo Figueroa Vázquez el sábado en Albacete. Prácticamente todas las jornadas los manchegos tienen en contra, al menos, un error de bulto del árbitro de turno, quizás no interese que el Alba esté tan arriba.