Cuando el disfrute no es posible, lo mejor es el relajo (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 21.01.2019

El misántropo que vive conmigo, me llevó a ubicarme en lo alto de un fondo, encima de un córner, lejos del mundanal ruido y de la amenazante lluvia. No llevábamos ni cinco minutos, cuando un gallego guasón y cachazudo vino a aposentarse apenas a dos escaños de mí. Se guarecía tras una bufanda blanquiazul, hecha a mano, de lana de la gorda. De alta montaña, vamos. Yo no hice ademán de esconder la mía, y antes del primer gol ya éramos amigos. Qué cosas.

No diré su nombre, por aquello de la privacidad de los datos,ni mostraré la foto que nos hicimos al final, ya se sabe que estos tiempos son muy recatados y pazguatos. Y, ni él ni yo, queremos líos de ningún tipo. De hecho no festejó los goles cual histrión gesticulante, comedido, tan contento como comedido. Muy respetuoso. Rara avis.

El caso es que con la derrota se rompieron todas las recientesestadísticas, los pronósticos y lo que parecía podía resultar factible, al fin y a la postre nos hizo volver con el rabo entre las piernas. Seguimos yendo a Riazor a mojarnos y a que nos mojen la oreja.

A pesar de cómo iba la cosa en el césped, lo agradable de la presencia del gallego, hizo que pasase el momento más plácido de la temporada. No sufrí nada, pero nada de nada. Desde los primeros compases aquello apuntaba mal. Al equipo le sigue costando un mundo hacer ocasiones. Cierto es que nos marcaron a balón parado -el primero-, pero de no haber sido así, hubiese sido de otra forma. Hay días, que es mejor no levantarse de la cama.

Me decía mi amigo coruñés que el Alba había generado cierto desasosiego durante la semana en los mentideros futboleros locales, pero él no lo estaba viendo por ningún lado. A mí se me caían los monosílabos, las interjecciones y los movimientos de cabeza mirándome los pies. Menos mal que el bueno de Juan, ah, perdón, no quería desvelar su identidad, se mostró como un tipo encantador y con retranca suficiente como para pasar por manchego. El acento, tenía demasiado acento de su tierra como para ser de los nuestros, pero por lo demás, hubiese dado el pego.

Nos dio tiempo a filosofar con las posibilidades futuras de ambos y, llegamos a la elucubración de que por qué nopodríamos rememorar glorias pasadas que festejamos al alimón. No sé, no sé, le dije, yo al Dépor lo veo con hechuras de primera, pero mi Alba no está todavía en sazón. Le recordé que nuestro objetivo a estas alturas, sigue siendo la permanencia. Se rió, pero yo no, yo sigo pensando que primero completar la cincuentena y luego hablaremos de lo que sea menester.

La derrota no me dejó la cara de tonto de otras veces, esta vez salí del campo como si viniese de un teatro amateur, pongo por caso, y tampoco me sentí malhumorado con nuestra muchachada. Todos tenemos días aciagos, no es complicado ni de entender ni de asumir. Ahora toca descansar un par de semanas, olvidar y no dejar que se apodere de nosotrosningún derrotismo.