Espejismos, desiertos y distopías (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 19.08.2019

Dice mi guacha pequeña que no sea negativo, que esto acaba de empezar y que no sirve de nada desahogarsedestrozando jarrones y otros enseres del ajuar hogareño, que a ver cómo lo justificamos ante mamá. Tiene razón, pero el rato que pasamos en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo, que por momentos parecía el San Siro del gran AC Milan de los ochenta, fue de aúpa. Difícilmente la UD Almería se va a encontrar enfrente un equipo tan timorato y, como decimos en mi pueblo y otros lugares de La Manchuela, completamente “apoyardao”. Los blancos, no dieron tres pases decentes seguidos.

No vimos por ningún lado ninguna variación táctica digna de mención, con decir, que el Alba no tiró a puerta está todo dicho, y con estas credenciales, difícilmente se llegará lejos. Y aquí me planto, no quiero seguir escribiendo en caliente, que bastante calor pasamos. Lo mejor de todo: el traje de los nuestros. Recuerde el amable lector, que sin estética no hay ética; además a algo habrá que aferrarse tras el primer disgusto de la temporada.

Tuve ocasión, la víspera, de departir con algunos miembros del equipo de apoyo y comprobé que la moral del Alba está por las nubes y que se aspira a todo. Apenas unas horas más tarde nos dimos de bruces con la Segunda y su cruda realidad: el más tonto, hace relojes.

Lo que más lamento es que el Almería, que hizo un partido de lo más vulgar, se llevó el partido de calle y con merecimiento, sobre todo, por incomparecencia del rival. Así se las ponían a Fernando VII.

Unos cuantos nos llegamos a apoyar a los blancos, con lo que parece que la afición tampoco va a fallar este año.

Mi mujer y mis hijas, y yo mismo, nos pasamos la primera parte echándonos agua por encima, ante el temor de perecer de tedio, sopor o deshidratación. Me malicio que la próxima salida no tendré el coro familiar como apoyo moral, seguro que tendrán la prudencia de esperarmerefugiadas en algún museo de la tapa próximo al estadio de turno.

Que no decaiga, que el humor siga acompañándonos, al igual que el bueno de Tomeu Nadal, que aún tuvo redañospara ir a disculparse ante los cariacontecidos hinchas albaceteños. La piña sobre el césped, recordó a la última del año pasado. Esperemos que la contrición y el consiguiente examen de conciencia no se hagan esperar y la semana que viene festejemos, si no un triunfo, al menos un necesario cambio de actitud.