Rei Manaj en el Las Palmas – Albacete. LALIGA

Cuan largo me lo fiáis (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 30.09.2019

Decía yo aquí el otro día que todavía no sabía donde nos hallábamos, pues bien, del Gran Canaria nos hemos vuelto con una certeza y es que esta temporada se nos va a hacer larga.

Ya salió el ciclotímico que viaja conmigo y, es que, otro partido aciago nos lleva indefectiblemente a la depresión. Llevamos sólo ocho jornadas, pero ciertamente estamos viviendo una montaña rusa, aunque de momento no andamos muy mal encaminados.

Dicen que el Alba jugó en Las Palmas pensando en el siguiente envite, no me lo creo, sinceramente no lo creo y si es así mal, muy mal vamos a salir de tanto relajo o, por mejor decir, tanta estrategia mal calculada, porque no se deben hacer las cuentas de la lechera, hay que salir a darlo todo en cada cita, de lo contrario (y aún tuvimos algo de suerte), nos hubiesen dejado hechos unos zorros. La imagen que estamos dando no es óptima, la imagen ya he dejado dicho, es a veces más importe que el propio resultado. Ahora nuestros próximos rivales saben que somos de mantequilla, porque a poco que se tuercen las cosas somos un equipo sin alma y con nula capacidad de reacción.

Y aquí se acaba mi enfado, no quiero que esto sea un derramamiento de lágrimas y desesperanza.

La temporada, sí, se nos va a hacer muy larga, pero somos el Alba y hay mimbres de sobra para transitar con decoro pensando en épocas venideras. Este año, debemos tomárnoslo como un curso sabático, que ya llegarán tiempos mejores. Que llegarán, estén ustedes seguros.

Al final, magro consuelo, conseguimos maquillar un resultado que iba para escarnio y de ahí hemos de sacar alguna sonrisa.

Entramos ya en octubre y, aunque las señales que nos transmiten los nuestros llevan aparejadas severas dudas, seguimos como un solo hombre apoyando a nuestro Alba, y tan exigentes como el primer día, pero eso no es óbice para seguir disfrutando de nuestra posición de privilegio, porque con unos números completamente extraviados, un juego lastimoso y unos jugadores que nos llevan al desasosiego, seguimos encaramados en una zona cómoda. La suerte ya no nos sonríe, pero mientras no se demuestre lo contrario, tenemos más motivos para la esperanza que para la depresión. Metamos el fiasco de Las Palmas en el arcón de la historia y, a otra cosa, que no hay tiempo para lamerse las heridas, sólo los débiles maldicen su suerte. Si queremos estar frescos, debemos mirar siempre al horizonte, lo que quedó atrás, bueno o malo, obviamente es pasado; aprendamos, corrijamos y no empecemos con la medicación, es muy pronto para ello y muy pernicioso para el cuerpo. Y el alma.