Por dignidad (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 27.01.2020

Los datos son desoladores, casi tanto como el esfuerzo que hacen algunos para consolarnos en vano. Yo no entiendo de fútbol pero creo, humildemente, reitero, que si jugásemos a algo no estaríamos ahí abajo. Cada desastre viene precedido de «jugamos bien, pero», «la suerte nos sigue siendo esquiva» y excusas parecidas, no sufridos y queridos lectores, no, el Albacete Balompié 2019-2020 es un agujero negro desde agosto. Seamos realistas y reconozcámoslo. La racha de victorias, fue cuestión de buena suerte, en ningún caso de buen juego o de ambición.

 

No quiero hacer leña del árbol que está cayéndose a la vista de todos, pero esto no lo salva el actual cuerpo técnico; tras tantas jornadas, es absurdo pensar que la dinámica vaya a cambiar. Ya he dicho que lo de sacrificar al entrenador no es garantía de éxito, pero lo que sí está claro es que con el actual, nos vamos al pozo.

Si Luis Miguel Ramis estima al Alba, debe presentar su dimisión ya. Su dignidad y su buen talante le deben llevar a la reflexión objetiva, dura, pero objetiva. En sus manos está el impedir que el equipo se desgaste, el Club se desangre y la afición se hunda.

 

Resulta muy doloroso asumir el fracaso, sobre todo por la soledad que arrastra, además, la autoestima se resiente ytodo se ve negro y sin salida; pero más duro es el encastillamiento y la tozudez, que a la larga se revelan como perversos compañeros de viaje. La actitud de Ramis, no es más que pan para hoy y mucho hambre para mañana. Si diese un paso al frente, seguro que su imagen mejoraría muchos enteros y, me atrevo a decir, quedaría intacta de cara a futuros destinos. Si sigue así, puede terminar siendo una caricatura de sí mismo.

 

Sigue insistiendo en que lo perentorio es ganar un partido, lamento contradecirle y espetarle, que ni cuando se ganaba se dio nunca la sensación de solvencia. A mi juicio, creo que lo importante es tratar de jugar bien, simplemente eso. Se puede perder jugando bien, pero no siempre, como se viene demostrando desde hace meses, que jugamos pésimamente y no ganamos.

 

Ciertamente ver los partidos del Alba se está convirtiendo en un ejercicio de aburrimiento y sufrimiento absurdo, pero escuchar al entrenador justificándose antes y después de las torturas a las que nos somete, roza el patetismo. Sus explicaciones, sigo considerando que son una falta de respeto y su nivel de autocrítica es cercano a cero.

 

Un buen entrenador es algo más que un hacedor de alineaciones y, no llamar a las cosas por su nombre, una forma implícita de reconocer sus limitaciones. No es el único, transitamos un época de malos pagadores, cuando no directamente de mentirosos compulsivos. Y hasta aquí puedo leer, que no quiero ni hablar de política ni salirmedel A4 que tan generosamente se me ofrece semana a semana.