Tebas, Unamuno y el feng shui (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 03.04.2020

Nadie como Unamuno para describir el sentimiento trágico de la vida y, aunque pierdo aceite por el lado de don Miguel, no quiero amargarles más con tanta incertidumbre ni tragedias pretéritas o por venir, hoy voy a tratar de hacer de tripas corazón tratando de buscar la sonrisa de algún masoquista perdido, entre los renglones que a continuación voy a rellenar.

LaLiga, bueno, Tebas y las televisiones han elaborado un protocolo, que podríamos calificar de irrisorio, si no fuese porque tiene un cariz alegal. La cosa es volver a entrenar y jugar y emitir y cobrar como sea; la salud es lo de menos, total, aficionados nunca van a faltar. Trataré de pasar por encima del tahúr que es el bueno de don Javier, para no rebozarme en el fango que tan profusamente riega.

Sólo el sentido del humor y la responsabilidad nos van a sacar del marasmo en el que vivimos. Se nos hacía raro vivir sin fútbol y resulta que sí, que es posible. Hay vida más allá de los céspedes y los fichajes y los VARes, por ejemplo: yo ya he movido los muebles del salón tres veces, entre que el feng shui se nos ha metido, llegado de China por cierto y sin ánimo de buscar paralelismos baratos, que ya tenemos la cara catódica, que ya hemos dado la vuelta a la gastronomía y las videollamadasempiezan a resultar reiterativas, pues nada mejor que amueblar y reamueblar. A la energía, que dicen los chinos y su legión de seguidores, habita en todos los lugares, parece que mi mujer ya le ha encontrado el punto de fuga. Así ahora, como que no se choca con las sillas, sólo fluye positiva. Imagino que contra algo se tendrá que pegar, pero yo me pliego en silencio y hago lo que me dicen. Muevo dos grados el sillón, la mesa bien puestecita mirando, creo, al sudeste para que el influjo de la luna no nos moleste mientras cenamos. La luna, puede llegar a ser muy mirada ella, menuda es. Yo sigo asintiendo y ejecutando órdenes, total, no hay partido que ver.

Me dicen que cuando llegue el solsticio de invierno, habrá que darle otra vez la vuelta a todo, no vayan los astros a enfadarse con los muebles mal ubicados. Como para entonces ya haya vuelto el Alba a campar por sus respetos, tendré que buscar hueco en los descansos para las mudanzas hogareñas.

Digo yo, que habría que contratar un par o tres de maestros del arte del feng shui, para comprobar si efectivamente, el Carlos Belmonte está bien orientado y ver si esa es la razón por la cual el Alba no termina de salir airoso en sus citas locales. Lo digo en serio. A mí me lo han dicho unos señores muy puestos en estas filosofías, que dicen que no es casualidad que la pelota vaya para allá, en lugar de para allá.

Esto de tener tanto tiempo libre, nos lleva a ejecutar actividades y leer cosas que habitualmente orillamos. El caso es que cuando yo le propongo a mi mujer otro tipo de ocios, me dice que no, que agarre la sábana por allí y que la doble bien para que no queden arrugas, que la coloque en el armario y ya, de paso, le dé un friegue a los cristales, que mira los relejes que tienen desde lasúltimas lluvias. Yo acato y asiento. Y ejecuto, claro. Menudo soy yo cuando me pongo.

Dicen que el encierro va a durar un rato más y que los meses de julio y agosto estarán llenos de partidos a puerta cerrada, diurnos, vespertinos y nocturnos. Si vamos a estar en casa, podrían hacer jornadas continuas de veinticuatro horas. Partidos de madrugada, como si estuviésemos viendo la Copa América o el Mundial de Nueva Zelanda. Esta sugerencia no se la tengo pensada cobrar a Javier Tebas, que el pobre está tieso y no tendrá resuello para llegar a final de mes.