Desescalada… ¿en qué? ¡Al deporte que le den! (Opinión)

Escrito por: Rubén Oliva

miércoles, 27.05.2020

«Salimos más fuertes» es el eslogan con el que el Gobierno pretende hacernos ver la salida a la mayor crisis sanitaria de nuestras vidas y la llegada de una nueva normalidad, en la que los interrogantes y las contradicciones son la nota común. Especialmente preocupante es el abandono al que se ha sometido al deporte aficionado, y más todavía si éste es colectivo.

Estos días en que Albacete todavía vive en la Fase 1, la regulación te permite ir al bar de cervezas en cualquier momento del día pero debes esperar a las horas permitidas para salir a hacer deporte. Si a media tarde has salido a correr y alguien te pregunta, evitas la sanción si argumentas que vienes de cubatas. Increíble pero cierto.

Las pistas al aire libre de baloncesto o fútbol sala de la ciudad siguen precintadas, por lo que un padre no puede bajar con su hijo a dar unos toques al balón, pero sí llevarlo a las terrazas de los bares con decenas de personas al lado.

Los deportes colectivos no profesionales siguen con la incertidumbre como bandera: nadie sabe qué va a pasar a partir de septiembre. Ese pequeño sector de personas que viven de gestionar escuelas de fútbol, de entrenar equipos, de monitor de actividades extraescolares… parecen no importar y su subsistencia pende de un hilo al no tener certeza siquiera de si habrá o no próxima temporada. La tremenda exigencia en medidas para jugar al fútbol (por ejemplo), parecen evaporarse sin embargo para que este verano miles de personas se den cita en las playas o festivales. Se pretende asfixiar a monitores de actividades deportivas cuando la mayoría de adolescentes ya están en las calles y plazas sin respetar medidas de seguridad, o prohibir que se juegue al fútbol en parques como La Pulgosa pero sin problema a que esos mismos chicos estén todos en corro en torno a una cachimba o litronas de cerveza.

La nueva normalidad debería ir también dirigida a recuperar la salud mediante el deporte. Que se abran ya pabellones y campos de fútbol y que se deje a los monitores y entrenadores -respetando las máximas medidas posibles- hacer su trabajo. Al final se les está jodiendo… para nada.