Momento de la llegada de Kecojevic a la Ciudad Deportiva. Luis Martínez/EsRadio Albacete

Salomónicas prioridades (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

martes, 12.05.2020

Seguimos atentos a todas las pantallas para ver si vamos a ver algo concreto o sólo vamos a seguir mirando pantallas. Nos llevan, nos traen, nos mandan todo tipo de declaraciones y nos animan, todo para que no cunda el desánimo y demos por bueno todos los sinsabores del arresto domiciliario. Qué dura está siendo la ausencia de libertad.

Está claro que el fútbol sigue siendo el opio del pueblo y el comodín del gobierno, de lo contrario, no se entienden muy bien las prebendas y favores que este deporte sigue recibiendo. Ojalá, no haya más contagios de los necesarios. Ojalá, los entrenamientos discurran con la normalidad que la nueva normalidad permita. Ojalá, cuando regrese la competición, el estado de alarma sea un mal recuerdo y, ojalá, podamos volver a los recintos antes de lo previsto. Tantos “ojalás”, muestran todas las costuras de mis temores y prevenciones, porque a estas horas, todavía estamos como al principio de la pesadilla.

Observo que hay una cierta desafección y de que el fútbol ha perdido algo de punch entre nosotros, lo que deja bien a la claras, que todos estamos pensando más en lo nuestro que en algo, que se está demostrando no era tan esencial para nuestras vidas. Cuando olemos el peligro, nuestras pasiones se quedan en el descansillo. A mí me resulta difícil, muy difícil, predecir lo que nos deparará el futuro, porque la sociedad se va a quedar muy tocada, de ahí que los empeños de Javier Tebas en su afán por no perder ni una moneda, se vean con cierta distancia. Vamos a necesitar todas nuestras energías para volver al punto de partida, y ahora mismo en mi entorno se habla poco de cuándo volverá el fútbol a nuestras vidas.

Lamento enormemente que el Albacete Balompié, como el resto de equipos, haya pasado a un discreto segundo plano, pero es que resulta que el que ha salido por chiqueros es un toro ya muy toreado y que no va a dejar espacio a ningún lucimiento. Todos vamos a tratar de salir con los menos daños posibles e, insisto, nuestro Alba, al que queremos con locura, está un pelín por debajo de nuestras necesidades básicas: familia y bolsillo. Sin familia sana y sin bolsillo alegre, no podemos darle al Alba, todo cuanto merece. Que es mucho.

Me pongo en modo agorero, porque prefiero ponerme en lo peor, a ver si conseguimos que la cosa no sea tan traumática como aparenta.

Les tengo dicho a quienes se torturan con el juntaletras que firma esta colaboración, que no le hagan mucho caso, ni cuando hablade fútbol, ni mucho menos, cuando se mete en otros jardines menos divertidos.

Hoy les cuento lo que observo en mi entorno, pero me malicio que en otros mentideros, se sigue con igual desconfianza lo por venir.Preparémonos para lo peor, que a poco que la suerte nos sonría, le daremos doble valor. Ánimo a todos y, ya saben: ¡Aúpa nuestro Alba, siempre!