Silencio, se juega (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

domingo, 07.06.2020

Con tanta desinformación, no sabemos si al final podremos ir a los campos o tendremos que conformarnos con la tele o directamente nos dedicaremos a jugar a las chapas con los amigotes que aún se acuerden de cómo se hacía o quieran rememorar tiempos remotos.Los aparatos electrónicos se me dan fatal, por eso prefiero retarlos a juegos paleolíticos.

Yo no entiendo nada, no soy médico, ni pandemiólogo, ni virólogo, ni tertuliano, ni mucho menos ayudante del fiscal del distrito, pero me parece un atropello que no dejen acceder a los estadios a los socios. No digo a todo el mundo, digo a los socios y abonados. Si en el Congreso de los Diputados, recinto cerrado, con dos asientos es suficiente separación, en un estadio, espacio abierto donde los haya y que, sólo en contadísimas ocasiones se llena hasta los topes, ¿no me digan que los socios del Alba no podrían acomodarse civilizadamente? Suponiendo que fuesen todos, aún quedaría medio aforo por completar.

¿Cuántas veces se han llenado los estadios españoles? El Belmonte, como ejemplo de la clase mediabaja, no creo que lo haya hecho más de veinte veces en sesenta años de historia. Me da que si no fuese por el apoyo sistemático de televisiones y medios de desinformación, el fútbol no gozaría, presuntamente, de tan buena salud. Salvo las ligas alemana e inglesa, el resto se disputa, si no a puerta cerrada, sí a medio gas. Hartos estamos de ver así más de la mitad de los estadios de Primera. De los de Segunda, ni hablemos.

Imagino que cuando superemos los muchos dolores de cabeza que nos martillean sin descanso, las aguas volverán a su cauce y en menos que canta un gallo, volveremos a caminar en romería por la Av. de España camino de nuestros sueños. Quiero creer que para antes de Navidad todo habrá pasado, aunque con Tebas y este gobierno, a lo peor lo peor está por venir. Ya se sabe que todo lo que puede empeorar, indefectiblemente empeora.

Y ya, por fin, tenemos cita con el Rayo; ahora mismo nadie sabe cuál es el estado físico y psicológico de los nuestros, bueno, ni de los nuestros, ni de los otros, o sea, que especular con lo que pueda pasar, es ejercicio pueril. Si atendemos a los clásicos, estamos de enhorabuena, porque “Con diez, se juega mejor que con once”, o sea, que salimos con algo de ventaja. Yo así lo creo, pero por si los dioses no están de humor, con un empate me daría por satisfecho, por el puntito y por seguir conservando la aureola de Alcaraz de, todavía no haber perdido desde que llegó al Alba, por recuperar sensaciones, por jugar con diez, por mandar un mensajito a los rivales directos y, sobre todo, por empezar con buen pie el desconfinamiento desfasado de la nueva normalidad.

Lo que es innegable es que ha llegado la hora de la verdad y, con Tebas o sin él, tenemos que dar el arreón que nos deje en Segunda, más que nada porque salvar la categoría es sinónimo de salvar a nuestro equipo. Aunque a fuer de ser sincero, creo que aun bajando, hay Alba para rato, pero prefiero pensar que nos vamos a salvar, de hecho lo pienso a pies juntillas. Si me pongo pesaroso es para luego celebrar dos veces el alegrón.