CRÓNICA | Se vende plantilla (3-0)

Escrito por: Hugo Piña

sábado, 12.12.2020

Ya puede poner la familia Kabchi un entrenador por semana que no. Que esta plantilla está desahuciada y defenestrada. Si la propiedad quiere salvar el culo de su proyecto sólo queda un camino: vender a casi toda la plantilla del primer equipo, rescindir contratos y firmar otros jugadores. Es la única solución a un ‘pozo de mierda’ del que se salvan tres, cuatro o cinco jugadores. 

Comenzó la era Meléndez en Castellón. Con una disposición táctica familiar y con el único elemento ofensivo [Alfredo Ortuño] a mano para el técnico asturiano, el Albacete saltó al verde de Castalia con la mente fortalecida y con la ilusión de revertir la pésima y desvergonzada situación colectiva. Primeras ocasiones en los compases iniciales hacían ver a unos jugadores que al menos en esa oscilación de tiempo tenían orgullo y amor propio. Algo es algo en este ‘pozo de mierda’ en que se ha convertido el Albacete Balompié.

Pero claro, entre tanto lodazal difícil era que alguien no cometiese un error. Gorosito, en un arrebato infantil en el 25’ puso la mano sobre la cara de un rival dentro del área. El árbitro, como loco por pitar contra el Alba, no dudó ni un instante, metiendo -un poco más- a los manchegos en un pozo que parece no tener fondo. Marc Mateu marcó desde los once metros y clavó otro puñal directo a la yugular del aficionado, que había visto como las intenciones iniciales en Castalia al menos eran de gente que portaba el escudo con algo más de orgullo que en anteriores episodios.

Y de aquí en adelante (con el 1-0 en contra) poco o nada para el Alba. Ni reacción ni ocasión de peligro real. Esta muerto a casi todos los niveles este vestuario. El que quiere no puede y el que puede no quiere. Mismo guión de película de terror en Castellón agravado con otra acción detonante como el penalti en contra del central Gorosito. Clama al cielo este escenario en el que desde septiembre los jugadores de la primera plantilla vienen arrastrando nuestro escudo. Ya está bien.

La segunda parte tuvo más de lo mismo. Cierto es que los jugadores del Alba ofrecieron algo más de orgullo pero lo cierto es que con lo que se está ofreciendo no da. Y si no da, ya lo saben, cambio. De los pocos que al menos le pone energía es un Alvaro Jimenez que lo intenta, que dribla, que asiste que se come el balón. Del resto de jugadores, poco o nada se sabe a nivel ofensivo en un equipo que lleva en mes y medio un gol. El que marcó precisamente el andaluz de penalti al Almería.

Meléndez vio oportuno mantener el doble pivote y meter en escena a Eddy Silvestre. Con 1-0 en el electrónico y con las ilusiones menguando en la familia del Alba. No salía nada y tampoco es que los jugadores -en general- le pusieran gran énfasis por revertir la situación. Quizá haya que tomar ejemplo del anterior propietario del Club cuando en 2016, con el Alba en similares circunstancias, dejo de abonar el salario a otros jugadores que también arrastraban el escudo por los campos de Segunda.

Zlatanovic, que va a gol por temporada, sentenció en las postrimerías del partido. 2-0  y 3-0 respectivamente con más groserías defensivas en un equipo muerto, repetimos, muerto a todos los niveles. Toni Cruz pero sobre todo la familia Kabchi tienen trabajo a la hora de rescindir la práctica totalidad de los 24 contratos que existen firmados. Eso, salvo que la propiedad quiera ver morir su proyecto en el cual ha inyectado más de 20 millones de euros. Tétrico e infernal por cierto lo que está sufriendo la familia del Alba.