Constantes vitales recuperadas (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

miércoles, 27.01.2021

Sin apenas darnos cuenta nos hemos metido en la pomada. En realidad, no es más que un espejismo, porque seguimos muy malitos, aunque consuela el hecho de saber que los médicos han dado con la tecla y la nueva medicación está dando excelentes resultados.

Lo sufrido ante la AD Alcorcón, como está inscrito a hierro y fuego en nuestro ADN, es lo que nos queda de aquí en adelante. A fuerza de verlo todo negro, el hecho de comprobar que estamos vivos, nos da cierta perspectiva y la capacidad suficiente como para disfrutar; eso sí, sin más.

Si nos tomamos la molestia de echar cuentas de lo que pensábamos de nuestro Alba, hace apenas cinco partidos, veremos con feliz sorpresa que es hora de soñar. En este contexto, soñar, no es más que saber que tenemos capacidad de competir, que el hacer el ridículo es cosa del pasado y que ganaremos o perderemos, pero con la cabeza en su sitio.

Cierto es, que estamos saliendo del hoyo a base de garra y poco más, pero todos sabíamos y así lo reclamábamos, que era la única fórmula, no había pociones mágicas. Alejandro Menéndez lo vio, se puso a ello y, no hay más que tirar de estadística, para comprobar lo que está consiguiendo. La capacidad de un entrenador, en ciertos casos, debe medirse más por sus dotes de psicólogo que por sus meros conocimientos futbolísticos y, me da, que a poco que nos coloquemos en una zona menos abismal, el Alba empeza a funcionar como un equipo serio. Pero primero consolidemos al paciente y saquémosle definitivamente de la UCI en la que vivimos, desde hace demasiados meses.

Nos quedan varios partidos por delante de patadones, juego subterráneo y carreras, habrá días que saldrá mejor que otros, pero la afición ha vuelto a ilusionarse y, eso es mérito exclusivo de Menéndez. Cuenta con los mismos mimbres que nos llevaron ahí abajo, luego, algún resorte habrá tocado que antes nadie osó probar.

Tiendo a recomendar a mis amigos que no miren la clasificación, pero desde que ganamos en Santo Domingo, no hago otra cosa. Ya sé que es un ejercicio estéril, pero no termino de creerme que hayamos dejado el farolillo rojo y que estemos a un punto de salir del pozo. Sé que podemos volver a la cola en cualquier momento, pero tampoco me quiero privar de este momentazo, por si acaso tengo que volver en breve a sacar los clínex.

Sin solución de continuidad vamos a Oviedo, lugar que no podemos decir se nos dé bien, pero el pasado ahora no importa mucho, sólo nos quita el sueño el poder arañar algo, para terminar de creérnoslo del todo. Un simple empate, sería un aldabonazo cuasi definitivo y la moral positiva se instalaría definitivamente entre los nuestros. Excuso relatarles las consecuencias de ganar.

De lo que sí estoy seguro es de que los asturianos no estarán tranquilos viendo cómo les llega un visitante duro de pelar y con el ánimo renovado. Supongo que el gijonés, que dirige con tan buen tino los destinos del Alba, querrá ganar en el Tartiere por varios motivos. A nosotros, con uno nos basta.

El Albacete Balompié ha recuperado sus constantes vitales, ahora sólo falta que todos sus aficionados estén tranquilos y controlensus biorritmos, porque no es nada fácil aguantar un partido entero sin sobresaltos, sin gritar, sin moverse, sin gesticular y…. sin ir al baño. Prefiero una visita nocturna de Freddy Krueger o una película basada en un relato de Stephen King, que al lado de un partido del Alba, no deja de parecer un capítulo más de Barrio Sésamo.