Momento del Sporting de Gijón – Albacete. LA LIGA

Asturianos en La Mancha (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

sábado, 20.02.2021

«Hay que ser muy valiente, para tener miedo y seguir adelante». No sé quién fue el genio que dejó semejante aseveración para la historia, quizá lo hizo, para que gente sin mucho talento como yo, pudiese empezar un artículo. El caso es que describe bastante bien, mi estado actual e, imagino, el de todos los amantes del Alba. Porque, como ya es tradición, estamos entrando en las fechas de los temblores de piernas, de las miradas vacías y del «otra vez». Empieza a resultar cansino verse siempre en la misma tesitura, la de un equipo histórico en apuros. Tal parece ser nuestro sino.

Recibimos a un equipo de larguísima tradición: el Real Sporting, que no necesita mayores presentaciones ya que futboleros y no futboleros, añaden de carrerilla la ciudad donde se ubica.

Ya saben los amables lectores de este juntaletras, que me gusta echar mano de argumentos esotéricos para tratar de animar a los nuestros, con argumentos de toda índole, desde históricos hasta casuales. En este caso, la serie entre albaceteños y asturianos, favorece por muy poco a los rojiblancos y, si tenemos en cuenta las últimas diez jornadas, estamos casi al mismo nivel. El último referente es el empate que sacamos bajo el diluvio universal en El Molinón, no hace tanto. Hay que afrontar el duelo con ánimos renovados, olvidando los últimos percances sufridos.

El Alba, con sus dimes y diretes, ya hemos visto que vuelve a su porte de equipo serio. No parece que el partido pueda ser un correcalles, más bien tirando a soporífero, un gol a lo mejor, será suficiente para quien lo marque. A mí me gustaría jugar con alegría, pero no desdeñemos la posibilidad de conformarnos con un empate. Sí, ya sé que de tres en tres es mejor, pero habrá que echar mano de la prudencia si es necesario.

Como esto de ver fútbol, se ha convertido en un ejercicio de puro onanismo, tendré que volver a sufrir en silencioante el desprecio de mi entorno, que sigue sin entender la importancia capital que tiene, no ya el fútbol, sino el Albacete Balompié. No alcanzo a entender cómo mi mujer, puede mantener un diálogo de lo más pancho en pleno ataque de los nuestros, o cuando el árbitro va a mirar el VAR, de veras, no lo entiendo. Y mucho menos, cuando me afea que no me haya enterado del recado que me ha encargado, y todavía, mucho menos, cuando me dice que no me entiende ni a mí, ni a los miles de sufridores en casa, «total», dice «por unos tíos en calzoncillos, intentando dar a la pelota», ahí me mata,porque tiene razón en lo de «intentar».

La mayor parte de los partidos, los aficionados nos quedamos extenuados con nuestros espasmos, tratando de dar nosotros mismos el pase o el cabezazo o el chut definitivo.

Triste destino el del albacetista de nación. Y no se puede hacer nada, salimos así del cascarón, y no hay psiquiatracapaz de hacernos de otro equipo.

No hay  manera de echarle un poquito de sentido común o de lógica al masoquismo que nos condena. El amor, es lo que tiene.