Escrito por: Bienvenido Picazo

martes, 02.02.2021

Salimos del Carlos Tartiere con la moral henchida y llenos de gozo al vernos fuera del averno, ¿quién nos lo hubiera dicho hace apenas un mes, cuando todo eran caras largas y muecas asqueadas?

Todos tenemos en la boca el nombre de Alejandro Menéndez, que no hace más que cumplir con la tarea que le encomendaron. Cumple con nota, desde luego, porque no nos engañemos, es el asturiano el que nos está sacando de la miseria.

Gracias al Albacete Balompié, Alejandro Menéndez está en el candelabro y, si sigue así, pronto dará el pelotazo; todos en La Mancha nos alegraríamos, es buen entrenador y mejor psicólogo. De hecho, sus apariciones están llenas de sensatez y prudencia y, ahora más nunca, se necesitan tanto la una como la otra. Nuestra lucha es contra nosotros mismos y creo que eso lo detectó rápidamente nuestro entrenador, con lo que debemos perseverar por esa senda y olvidarnos de los rivales externos de toda índole.

Se insiste en los refuerzos, como si eso fuese el bálsamo de Fierabrás, cuando lo prudente es reanimar al enfermo, cosa que ya se ha conseguido y predisponerlo para terminar de superar la enfermedad. Que nadie se olvide, que seguimos ingresados. Cierto que ya no en la UCI, pero todavía con fuerte medicación.

Al Real Oviedo, creo que le pesó el halo que ahora otros se van a echar a la cara, el Alba ya no es un rival entregado antes de salir y está enchufado. Su defensa ya no es el bombero torero y sus jugadores no son tan malos como decían algunos. El carácter se nos ha avinagrado de tanta crítica, y nos está saliendo la mala lecha necesaria para superar cualquier exquisitez táctica.

Para culminar el pastel con una guinda, se confirma que los técnicos saben de qué va la Segunda y tienen bien estudiados a todos los rivales, los de arriba y los de abajo. Así que ojito con el Alba, que ya oficia de rival con toda la barba y teniendo en cuenta que ganar es muy complicado y ganar con claridad algo rarísimo, tenemos que concluir que queda mucho campeonato. Queda mucha tela que cortar. O sea, que demos por buena nuestra situación, pero no perdamos la calma, ni mucho menos el objetivo.

Quédense con el dato de que tomando en cuenta las últimas seis jornadas, somos líderes, esto, más allá del lado anecdótico y cómico, no debe hacernos olvidar que, o bien estamos en racha, o bien es la nueva tendencia del Alba “Invierno-Primavera”. Confiemos en que el grupo haya salido definitivamente del letargo y podamos pasar una segunda vuelta más acorde con nuestro potencial.

Le podemos dar muchas vueltas a la clasificación y a las estadísticas, pero lo cierto y verdad es que estamos fuera de la quema en cuanto a números, pero la realidad es tozuda y nos dice que a poco que nos veamos salvados, nos daremos una costalada que podría ser definitiva. La lucha es larga y, si nos tomamos la molestia de analizar partido a partido, entre el líder y el último, no hay tanta diferencia.

Obsérvese el sospechoso dato que nos deja la clasificación de las últimas diez jornadas: somos séptimos.