En el pasillo de la muerte (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 22.03.2021

Pues, ya estamos otra vez dispuestos a inmolarnos dando la nota, o sea, bordeando el ridículo, porque no sé cuántos devotos quedarán que crean en el milagro. La esperanza y la fe, pronto se quedarán sólo en la caridad.

El FC Cartagena, que ya nos dio un repaso en la ida y sin estar mucho mejor que nosotros, sólo ha ganado dos veces lejos de Cartagonova, pero quién piensa ahora en estos pequeños detalles. Ya estamos lejos de echar cuentas, estamos, como es nuestra costumbre, con la soga puesta, sólo queda azuzar un poco al caballo y quedaremos como un cuatrero en el viejo oeste, colgados de un árbol en mitad de un erial cualquiera.

El retrato es desolador, y soñar ya no está a nuestro alcance, queda hacer inventario de los restos del naufragio, porque ya sólo nos queda eso, aferrarnos a algún trozo de madera y tratar de no hundirnos del todo.

Vamos a hacer como si en realidad, hubiese alguna posibilidad, porque lo cierto y verdad si queremos serhonestos, es que las matemáticas todavía no han dictado la cruel sentencia que todos sospechamos. Y, a una ciencia tan exacta, conviene no perderle el respeto, más que nada, para evitar postreros ridículos. Ojalá, al final de este túnel, los que ya damos por desvencijado el carromato, nos tengamos que tragar una a una, todas nuestras diatribas y frases catastrofistas.

Como tampoco sería el primer estacazo en nuestra ya,dilatada historia, y aunque no terminamos de habituarnos, tendremos que conformarnos con el dicho, de que siempre hemos renacido de nuestras cenizas. El Ave Fénix, no debe habitar muy lejos de Albacete, porque cada poco, vuelve a resucitarnos.

Envidia me dan otros equipos, que andan merodeando por los bajos fondos, que de vez en cuando, aunque sólo sea eso, se dan una alegría y son capaces de ganar un partido. Nosotros, parece ser, que sólo tenemos derecho a los empates y, muy de tarde en tarde. Qué tristeza.

El FC Cartagena que nos visita, no se come a nadie, así es que tengamos una miaja de esperanza y altura de miras yno demos por derrotado el partido antes de saltar al césped. Aferrémonos a la esperanza, ya que no tenemos muchos otros asideros.