Sin frenos (Opinión)

Aunque todavía hay margen, está claro que el autobús del Albacete Balompié 2020/2021, ha iniciado la cuesta abajo y va sinfrenos. Tarea hercúlea se antoja, revertir una dinámica tan destructiva. Autodestructiva, más bien.

La UD Logroñés nos dejó con el culo al aire, y otra vez debemos dar gracias al Altísimo, por haber salido con vida de otro envite penoso. No quiero seguir engañándome, así es que lo mejor, es que lo asumamos con honestidad, cierto es que aún estamos a tiempo, pero el Alba es carne de descenso. Lo que más duele es que hemos sido nosotros solitos los que nos hemos metido en la boca del lobo, podemos hablar de árbitros, de fichajes, de gestión, de tácticas, de la directiva, de la afición, tanto da, el Alba se nos deshace como un azucarillo.

Me gustaría creer, pero lo que vemos semana tras semana, no es un quiero y no puedo, sino una exasperante y completa inoperancia. Con todo lo que ya hemos hablado, siguen pareciéndome estrambóticas las tácticas con las que nos desplegamos. Alejandro Menéndez es otro respecto al que nos ilusionó, no hace tanto. Con los mismos jugadores, ahora, no sé cuál es su estrategia, pero los resultados son tangibles y penosos. Y, gracias.

Si seguimos con vida, es porque nuestros vecinos en la tabla son lo que son. Suponiendo que todavía estemos con vida.

Ver la soledad que sufre el camicace de arriba, produce cierto estupor y patetismo. Por muy bien que funcionase, podría conseguir un gol o dos al año, pero ni por esas. E, inasequible al desaliento, en el próximo partido, el mismo guion. ¿No se puede acompañar al camicace, con otro camicace? Dos camicaces juntos, no son la poción mágica de ningún druida, pero al menos, la defensa contraria, tendría un puntito más de preocupación. Ahora, se dedican a sestear, ahorran en vigilancia y no les va nada mal.

El entrenador se tapa con la secretaría técnica, ésta con la directiva, ésta a su vez, con la escasez de dineros y, vuelta a empezar. La noria en su cansina e inexorable cadencia, gira y gira, pero el Alba baja y baja. Y nadie parece poner cordura a la catástrofe que se avizora. En cuatro partidos más, estaremos desahuciados y ya será tarde. ¿Por qué no intentar un giro de 180°? Hay poquísimo para perder, morir languideciendo y a cámara lenta, lo único que genera es más frustración y dolor y llevar la desesperanza hasta más allá del final de la presente temporada. Que más que temporada, parece un escarnio.

La afición, no merece un castigo tan cruel. Vivimos en la miseria desde hace años y ya estamos cansados. Muy cansados. No de no ganar, sino de sufrir la decadencia y de que no haya nadie que dé un golpe de timón.

Si al menos, disfrutásemos en la derrota, una pizca de masoquismo, a lo mejor nos despertaría, pero ni por esas, ver al Alba se ha convertido en un insufrible y previsible bostezo.

No hay nadie que se asome a ver un partido de los nuestros, si no es un profesional o un friki.