Crudas realidades (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

martes, 13.04.2021

Si esto fuese una película de Jolivú, ahora el chico, herido en el hombro como estaba, llegaría a rescatar a la chica. El chico, sabría dónde estaba secuestrada, conocería cada rincón de la casa, sabría que los malos que la custodiaban eran lelos, sabría hacer un nudo marinero, o dos, preparar un café explosivo, programar un ordenador roto, engañar al rottweiler de la entrada con una mirada turca, y al gorilón de la puerta hacerle una llave de sumo. En fin, que si esto fuese una película jolivudiense, todos estaríamos tranquilos, porque al final la chica y el chico, se casarían. Pero no, lamento comunicar al respetable, que no, que esto no es ninguna ficción, esto es Albacete y esto es la cruda realidad.

Estamos descendidos.

Lo peor, no es el desdoro que supone el fracaso de descender, cosa que ya forma parte de nuestro acervo y nuestra historia, lo peor es que nos lo hemos merecido y ganado a pulso desde hace un montón de tiempo. No lo hemos sabido ver y, ahí ha radicado nuestro error.

Nos empeñamos en ir por delante y confiar todo a las estadísticas, cuando lo más racional era fiarlo todo al sentido común, confiar en los que saben e invertir sin muchos riesgos. Las cosas han cambiado en Wisconsin y también en La Mancha, nos pensábamos que por tener conexión internet, estaríamos al mismo nivel que cualquiera y no, las cosas no han cambiado hasta ese punto. Todo nuestra sapiencia, que era mucha, no la valorábamos, la hemos tirado por la borda de la inmensa llanura seca y, como lelos hemos dejado que decidieran por nosotros gentes lejanas, que por únicos avíos tenías billetes, o al menos, decían que tenían. Y nos lo creímos. Lástima.

La gente de campo, rara vez se ha dejado engañar por cantamañanas vendedores de cualquier loción milagrosa, pero los tiempos modernos nos han cegado.

Toca empezar de nuevo.

Lo bueno es que, sabemos fehacientemente, que volveremos. La gente noble y sabia, se deja engañar, pero el sentido común no lo pierde del todo. Cuando pase todo este sofocón, volveremos a juntarnos a la par de la lumbre a echar cuentas, veremos que nuestro patrimonio es el que es y que las luces y los neones, lo único que hacen es despistarnos de nuestra marcha cabal. Nosotros somos constantes y contantes y sonantes. No sé cómo nos dejamos embaucar, pero así ha sido, hemos picado como pardillos. No pasa nada, toca rectificar y volver a la humildad y laboriosidad que, un día, nos llevaron a lo más alto.

Como tenemos mando a distancia y cambiamos de pantallas a golpe de clic, hemos pensado que el Alba podría jugar de tú a tú a cualquiera, hablase en el idioma que hablase o jugase en la liga que jugase. No, la banca siempre gana. El Alba es lo que es y el Gran Hermano passa olímpicamente de lo que sucede lejos de los circuitos del dinero y el glamur. Yo proclamo, que no pasa nada por seguir siendo pobres, pero dignos. La esperanza no es lo último que se pierde, contrariamente al sentir general, desde mi insignificante tribuna digo a los cuatro vientos, que lo último que se debe perder es la dignidad.

El Albacete Balompié lleva demasiados años subiendo y bajando una montaña rusa alocada, que lo único que hace es provocarnos dolores de cabeza. Nosotros no éramos así.

Salir de nuestro hábitat natural, no hablo de Segunda ni de Primera, sino de nuestro tradicional sentido común, nos está costando un alto precio.