David Del Pozo, partidazo, error y reconocimiento del míster y la afición

Escrito por: Hugo Piña

martes, 31.08.2021

75 minutos abrumadores para David Del Pozo en su ‘estreno’ como jugador del Albacete en esta segunda etapa. Tras su fichaje el pasado verano, el centrocampista madrileño por fin pudo contar con una oportunidad de verdad. Rubén de la Barrera lo tiene en sus planes y el habilidoso futbolista criado en los campos de fútbol madrileños tendrá por fin su merecida oportunidad.

Y para muestra un botón. La confianza del técnico de la Barrera se vio demostrada el pasado sábado sobre el campo. Del Pozo fue titular y cuajó 75 minutos verdaderamente notables. De lo más destacado de hecho en un equipo que destacó sobremanera y que deleitó por momentos al público albacetista.

El centrocampista madrileño contaba a comienzo de pretemporada con alguna duda sobre su continuidad o no en La Mancha. Muchos eran los que lo situaban en las quinielas para ser otro de los que, sin pena ni gloria, pasase por el Albacete.

Sin embargo cuando se le fichó para Segunda División fue por algo. La calidad y superioridad técnica de Del Pozo -estamos descubriendo- es destacable. Relevante en el juego y encajado en el sistema del coruñés, parece que David ha definido por fin su apuesta por el Alba.

En la zona de tres cuartos y como elemento sustentador de la sala de máquinas, Del Pozo comienza a formular una etapa en Albacete que apunta a ser ilusionante. Por delante de Sergi Maestre y como acompañante del triunvirato formado por Fuster, Álvarez y Martinez, el joven madrileño Del Pozo conforma una media del Albacete que gusta.

Un partidazo en su debut este curso con la elástica del Alba que eso sí, se vio emborronada con la pérdida de balón que produjo el gol del Castellón en el 75’. Fallo a la hora de sacar la pelota que no fue recriminada por su técnico Rubén. Todos en el equipo son conscientes del riesgo que corren a la hora de sacar la bola desde atrás. Ni un mal gesto ni una mala palabra. El Albacete fue superior a su rival y el brillante Del Pozo comenzó a encandilar a la parroquia albacetista.