Es muy pronto, pero… (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 06.09.2021

Hablar de crisis o de decepción a estas alturas, no creo que sea lo más adecuado ni objetivo, pero el berrinche que tenemos todos los albacetistas, no se nos va a pasar hasta que veamos otras señales menos escandalosas. Lo de Palma resultó un fiasco sin paliativos,se mire por donde se mire.

Vamos a suponer que haya sido un pequeño resbalón y nada más, pero lo de la defensa convendría ajustarlo para evitar otro sofocón, más que nada, por no empezar a hablar, ya sí, de angustias existenciales.

El Albacete Balompié se está engrasando y, no es momento de sacar conclusiones precipitadas, pero como es natural, los demás también están poniendo a punto sus motores y hay algunos, que dan muestras de haber entrado en la competición con los deberes bien hechos. Esto es indiscutible. Al Alba se falta un hervor.

A menudo digo que el primer defensor es el delantero más en punta y, el primer atacante el portero. Repito esta salmodia para evitar ensañarme con nuestra defensa, que ya en la victoria de la primera jornada, dio muestras de dudas e inseguridades. Cuando el portero o la defensa hacen aguas, el canguelo se transmite a los once y el desastre es fácil preverlo. Así sucedió contra el At. Baleares que, por otra parte, es un equipo llamado a instalarse enla zona alta, con lo que la derrota hay que enmarcarla en un disgusto, más o menos previsible.

Mirando un poco ambos grupos, mucho me temo que hay más calidad de la que se podría aventurar y, a día de hoy, creo no exagerar si digo, que hay una docena larga de equipos que podrían jugar con soltura en Segunda. Me gustaría pensar que nuestro Alba es uno de ellos, pero ahora mismo es una expresión de deseo, más que una realidad. En Mallorca parecíamos una banda, en lugar de un equipo con aspiraciones.

Me decepcionó comprobar cómo seguimos siendo incapaces de reaccionar cuando las cosas se ponen feas o feísimas. Es un mal que nos corroe desde hace una década y Rubén de la Barrera, como antes otros, no ha conseguido dar todavía con esta fatídica tecla. Tenemos una moral y un amor propio justito, justito, sólo los grandes se reponen de las caídas, nosotros, parecemos gozar con la fatalidad y la mala suerte, sin hacer mucho por darle la vuelta.

No sé cuándo fue la última vez que el Alba remontó una situación adversa, no digo un resultado, sino un partido cuesta arriba o dar muestras, al menos, de tener algo de testosterona, a falta de argumentos futbolísticos.

Acaba aquí esta retahíla de maldiciones encubiertas y recurro al clásico para poner colofón a esta verraquera: es mejor perder un partido por cuatro a uno, que cuatro partidos por uno a cero.

Y, es que, como dijo el poeta, quien no se consuela, es porque no quiere.

Vamos a dejar los cien días de gracia habituales, para evitar despeñarnos por nuestra autolástima, antes de lo que aconsejan los psiquiatras.