A pescar al Guadalquivir (Opinión)

Nuevo filial y ya saben ustedes que este tipo de choques no son como los demás. Para bien o para mal, estos equipos no juegan a lo mismo que los demás.

Hemos tenido, hasta el momento experiencias de todo tipo con ellos, o sea que, independientemente de donde viajen en la tabla, mucho ojito con los yogurines.

Esta vez toca salir de viaje, pero eso a estas alturas, ya debe empezar a darnos igual, al Alba le debe dar exactamente lo mismo jugar en casa que fuera.

De paso, podríamos fijarnos en alguno de ellos por si, como suele ser norma en las canteras de los grandes, se le cerrasen las puertas de Nervión.

El Sevilla Atlético, bien seguro estoy que nos respeta, así es que yo le pido a los nuestros que les respetemos más y los tratemos como si fuésemos a jugar contra sus mayores en el Sánchez Pizjuán.

Las semanas que transcurren tras un empate suelen ser, digamos, algo raritas, sobre todo si son como la equis del último envite en nuestro campo, que jugando para ganar, al final nos tuvimos que conformar con firmar un puntito.

Por otra parte, tranquiliza observar cómo el Alba va asentando sus prestaciones, por tanto, con o sin victorias, tenemos motivos para el optimismo. Con todos los matices que se quiera, pero ya hemos comprobado que hay un proyecto esperanzador.

Me parece fenomenal el hecho de no estar pendiente de los demás, nosotros hacemos bien en seguir nuestro camino.

Les confieso que una de las muchas contradicciones que me traen a malvivir, no es otra que si fuésemos nosotros los líderes estaría más preocupado que ocupando el cómodo lugar que ahora tenemos. Mejor ir de tapados con aspiraciones, que ser el objeto de todas las miradas. La presión sobrevenida, hay que gestionarla con aplomo y, estamos solamente en otoño. Utilizando un símil ciclístico, ya saben ustedes lo que implican las escapadas tempranas. No digo que nunca terminen con éxito, pero son contadas las veces que alguien ostenta de principio a fin el laurel y la púrpura. O mucho me equivoco, o esto no ha hecho nada más que empezar. Y cuidado, que no le deseo el mal a nadie, sólo constato algo consuetudinario, que se da con cierta pertinacia.

Ya dije el otro día que los colistas los carga el diablo, pero espero que De la Barrera haya tomado buena nota, del mismo modo que también suspiro porque la suerte no nos sea tan esquiva y nos permita volver con una sonrisa de Sevilla.