La lluvia en Albacete, es una pura maravilla (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 01.11.2021

La suerte, aliada con la lluvia supongo, nos echó la mano que tanto anhelábamos en jornadas anteriores. De no haber sido por la diosa fortuna, un partido de lo más anodino, se nos hubiera ido por el sumidero de la mediocridad.

Un poste, un resbalón, una expulsión y las futboleras pérdidas de tiempo nos dieron los tres puntos necesarios para seguir en la brega, pero poco más. Un equipo con aspiraciones, hubiese sacado del campo al San Fernando CDI, equipo que viaja con lo puesto para transitar en una categoría que mezcla gallitos, con equipos de andar por casa. Pero un equipo con tantas limitaciones, estuvo a punto de darnos un berrinche.

Somos, bueno, en realidad, todavía no sé lo que somos, porque si bien es verdad que tanto toque nos guarece, también, el mismo toque nos tensiona. No sé si son los jugadores que no son los ideales para el tiki-taka, o bien es el corsé táctico, lo cierto es que hasta cinco ocasiones clarísimas dispusimos para calmar el partido, pero al final, anduvimos diletantes y eso, en un deporte como el fútbol, suele penalizar. Contra los gaditanos estuvimos afortunados, pero la duda queda en saber si ante otro conjunto con más empaque, hubiésemos salido ilesos.

Rubén de la Barrera tiene una idea, eso está claro, que no necesariamente coincide con la ansiedad que se respira en la grada, y ya se sabe que la grada no se anda con sutilezas, piensa –pensamos-, que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta y, en fútbol, casi nunca se da el caso. De ahí, que de una jugada la mar de elaborada, entre música de viento proveniente de la grada, terminase en un medio gol, que no concluyó porque andamos con las escopetas de feria que, a poco que se enderecen nos tienen que dar grandes tardes de gloria. No sé cómo se escapan tan francas y grandes ocasiones.

Eso hizo que los de azul, por momentos, creyesen en que el puntito que habían venido a buscar, pudiese tomar forma. Eso es lo que desespera al aficionado medio, un equipo que es superior, por cómo se conduce, resulta que se iguala por abajo al rival, y ahí, es donde las dudas hacen que parezcamos un grupo de amigos.

Todos los equipos grandes, tienen sus partidos ganados por la photo-finish, o sea que por ese lado, nada de qué preocuparse, lo que sucede es que, a estas alturas, todavía no sabemos qué ni quiénes somos, así es que más nos valdría jugar a lo grande y demostrar que somos el Albacete Balompié, sí ese que quiere ascender.

Es encomiable la actitud de los nuestros queriendo jugar sin patadones, tuya mía, tuya mía, pero sacar los partidos así, no resulta decoroso y no transmite ningún aura de superioridad. A lo mejor a la larga, nos tenemos que tragar nuestras dudas y valorar la tenacidad y la paciencia de los nuestros. Si es así, el público, el aficionado y el futbolero medio, tenemos un problema.

La lluvia en Albacete, es una pura maravilla. Eso no admite discusión, sobre todo cuando llueve vertical y dulce, como fue el caso. Ganamos y sumamos, ya habrá tiempo para análisis más sesudos.

Nosotros, quiero decir yo, sólo somos meros albacetistas de garrafón. De fútbol sé, más bien poco.