Jugamos fuera. Sobran las palabras (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 20.05.2022

A estas alturas en el Altozano, ya se sabe que jugar fuera es sinónimo de calabazas, aunque no sé si la expresión «recibircalabazas», tan corriente cuando yo era un crío, se sigue usando por las nuevas generaciones. Lo cierto es, que todo el mundo me ha entendido, cuando el Albacete Balompié juega lejos del Belmonte, palmamos sin remisión. Bueno, ahora ya no sólo lejos de casa, pero dejemos las navajas en la funda, que todavía tenemos dos asuntos pendientes.

Dejemos las navajas y los eufemismos, porque hace rato que deberíamos haber llamado a las cosas por su nombre. A lo peor, de aquellos polvos, estos lodos que nos están cubriendo y engullendo. Bien por el entrenador al decir en voz alta, lo que ya es un clamor en toda la categoría: el Alba necesita mostrar fuera sus credenciales y dejarse de martingalas con forma de empate y juego triste. Si queremos subir, digo yo que tendremos que mostrar aptitudes de equipo con cuajo y ganas.

Aún hay tiempo, vía la promoción, de conseguir un objetivo, en el que ahora mismo, por mucho empeño que se ponga frente a losmicrófonos, no cree nadie. Estos dos últimos partidos que nos quedan no van a cambiar el sino de este equipo, que está condenado a repetir curso. Si queremos llegar con un mínimo de halo a Galicia, que nos proteja del desastre, necesariamente debemos ganar estos dos importantes partidos. Los rivales no lo van a poner fácil, como por otra parte, es su obligación, y es ahí, donde el Alba tiene que enseñar los colmillos, o retirarse a sus cuarteles de verano, para empezar ya a velar las armas con las que se desempeñará la próxima temporada.

El Betis Deportivo Balompié, que ya nos dio un disgusto en casa, ha despertado tras su descenso, con lo que nos espera el habitual quinario, aderezado por nuestro estrés, su “nada que perder” y nuestra última ocasión de sacar tres puntos de por ahí. Tarea que se me antoja hercúlea, más que nada, porque no sé cómo andamos de moral, la afición está desmoralizada y me malicio que el vestuario, tampoco anda sobrado de chistes.

No hemos sido capaces de sacar los galones en la media docena de veces que la ocasión nos la pusieron calva, es llegado el momento pues, de que el pueblo soberano recoja algún beneficio a su fidelidad y apoyo. Que estemos mosqueados, no es ni más ni menos, que debido a que sabemos que tenemos un equipazo, que no ha rendido todo lo bien que la temporada requería.

No subir este año, no es el fin del mundo, pero no hacerlo el año que viene, nos volvería a meter en un túnel de salida incierta y, ciertamente, lejana en el tiempo. Sin angustias, pero haciendo de tripas corazón y asumiendo nuestros fallos, debemos necesariamente quitarnos las legañas, para poder llegar a la promoción, con algo más que cara de “lo que pudo haber sido, y no fue”.

Tampoco sería mala cosa, aprovechando el viaje, el tomar nota de algún jugador bético que nos pueda servir para futuras aventuras.