Bodas de plata (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

jueves, 23.06.2022

La temporada que empezará en el mes de agosto, será la vigesimoquinta que nuestro Alba vaya a jugar en la categoría de plata, quiere esto decir, que vamos a celebrar nuestras bodas de argenta, en el grupo idóneo. No quiero hacer juegos de palabras, completamente anodinos, pero diré que esta efeméride, es tan válida como otra cualquiera, para consolidar el proyecto de un equipo que, a lo sumo, dentro de un lustro, debería atacar con consistencia, proyecto de futuro y humildad, la cumbre de LaLiga.Siguiendo con este anecdotario, tengo señalar que el Albacete Balompié, ocupa el puesto ¡vigesimoquinto!, en la clasificación histórica de Segunda División. El veinticinco, pues, será nuestro número de la suerte en la temporada 22-23.

Qué cosas, el otro día estaba tumbado y desamparado en el sillón del psiquiatra y, hoy, muy venido arriba, me veo haciendo planes de festines a lo grande. Si es que soy incorregible, de la depresión a la euforia, sin pasar ningún filtro, así no hay manera.

En este momento, todo, o casi todo, está por hacer, de repente nos hemos visto en Segunda y con estos pelos. Me malicio que la temporada ya estaba pergeñada; aunque el único pequeño gran detalle, es que no vamos a jugar en tercera, sino en Segunda. Ciertamente, como ya hemos dicho en alguna ocasión, la categoría que acabamos de dejar (espero que para siempre), nos ha hecho derramar, mucha sangre, mucho sudor y, al final, muchas lágrimas de felicidad, porque algunos equipos tenían empaque suficiente para tutear a algunos de los de arriba, de lo que se infiere, que el Alba, tampoco debe empezar de cero. Varios de nuestros jugadores, pueden perfectamente, desempeñarse en Segunda, yaque ya lo han hecho, aunque ahora, con la experiencia acumulada, seguro que lo van a hacer mejor.

Vuelvo a las sugerencias –a quien corresponda-, para la mejora de nuestro Club y sus instalaciones: los asientos del Belmonte, deberían, poco a poco, cambiar del blanco al granate, no de golpe y porrazo y no todos, pero sobre todo las partes más cercanas al césped. Cuando no se llena como es debido, el estadio se asemeja a un erial abandonado, al aparecer todos esos cientos de blancas butacas huérfanas, dando una tremenda imagen de desamparo y soledad. Y tristeza.

Por descontado que el granate o vino tinto, debe ser el atuendo cuando seamos visitantes, de igual manera que me gustaría que los rivales jugasen siempre, en nuestra casa, con sus colores habituales, cediendo nosotros esa deferencia. Son bobadas, ya sé, pequeños detalles que no marcan goles, pero las pequeñas cosas, de vez en cuando, condicionan a las grandes. No me gusta ver a los rivales vestidos de cualquier manera, me agrada verlos con su vestimenta habitual y no, con esas combinaciones infames eirreconocibles colores, que ahora les ha dado a todos por llevar.

Van pasando los días tranquilos, aunque pronto llegarán las novedades, los fichajes, los calendarios y habrá que ir poniendo los apuntes al día. Ahora toca darse unos días de asueto, para recuperar el resuello, tras el estrés vivido y sufrido. El aficionado albacetista, sólo goza de algo de tranquilidad, cuando no hay competición, cuando el balón echa a rodar, ay, llanto y crujir de dientes. Es nuestro irrenunciable destino.