Resumen del año 2022: desde Riazor a Las Gaunas (2) (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 30.12.2022

Decía que nos llegamos hasta tierras gallegas, con cierto aire derrotista, porque el final de la temporada fue cualquier cosa menos feliz. El Rayo Majadahonda, nos esperaba para terminar de finiquitarnos, pero hete aquí que el Alba se puso estupendo y sacó adelante, y con nota, el parcial. La espada de Damocles seguía pendiendo de un hilo sobre nuestra cabeza, pero sin darnos cuenta, estábamos saltando al césped de Riazor con un hálito (o más) de esperanza.

Si para el duelo en Balaídos, no tenía ninguna esperanza, excuso decirles para la gran final. Ya dije en estas mismas páginas que no la vería (y no lo vi; no tuve el coraje suficiente), pero mentiría si no reconociese que estuve con unos amigos, pero sólo de forma presencial, porque viví sin vivir en mí, enganchado al teléfono como un poseso. Mi cerebro (mi mujer, no tiene claro que yo gaste de eso), mi subconsciente, mi sistema cognitivo, mi habitual proceder cartesiano y mi fatal sentido de la realidad, todos juntos, me decían que no, que no había ninguna esperanza, pero mi corazón, y, sobre todo mi hija, me decían que sí, que el Alba jugaría este año, donde lo está haciendo; yo, ni caso. Pero sí. En suma, que pasé unos días en que no sabía muy bien ni quién era, ni dónde estaba, vaya, que estaba hecho unos zorros. Tan es así, que, para el glorioso sábado 11 de junio, no tenía nada dispuesto, excepto no ver el partido. No quería sufrir, aunque en vano, porque llevaba padeciendo desde Balaídos, sino antes.

Entre mi hija, algún miembro de esta santa casa (5MÁSELDECUENTO) y mis maltrechos biorritmos, fui capeando el temporal. De pronto hubo un apagón informativo, nadie alimentaba mi ansia y yo no quería mirar el resultado (ya dije que de valor, ando justito). A todo esto, seguía departiendo con amigos y conocidos en un lugar y en un ambiente muy alejados de La Coruña y del fútbol. La tarde se me iba y, según mis cálculos o estábamos en la prórroga o nos habían sacado a empellones del carril y nadie quería decírmelo (cómo me verían). Mas de repente me vibró el guasá: “Papá: estamos en Segunda”. Caray, estoy escribiendo esto y se me está humedeciendo el lagrimal, no sé si es la cosa paterna o el Alba de mis entretelas, que me tiene loco. Aunque los viejos, ya se sabe, nos enternecemos con facilidad.

En ese momento, me expandí, empecé a flotar y ya no fui persona, empecé a hablar como un descosido y abrazarme a todo bicho viviente. Hasta hubo quien se mosqueó, porque, aparentemente,me propasé en mi euforia, con la mujer de un amigo:

Y, a éste ¿qué le pasa?
Nada, cada día está más rarito.

A mi alrededor, seguían intentando adivinar el porqué de mi eufórico estado, pero cómo explicarle a alguien que no cree en el amor, que uno está enamorado.

El caso, es que ni cortos ni perezosos, nos vimos en Lugo, con un vigués en el banquillo (Albacete y Galicia, extraña relación), y burla, burlando, hemos pasado uno de los años más intensos de la historia del Albacete Balompié. Por venir de dónde veníamos y por llegar a colocarlos, donde ahora mismo estamos. Hemos vivido tan al límite que nos fuimos hasta Las Gaunas, sin tiempo de pensar y, claro, de vez en cuando hay que echarse una siestecita, porque vivir al límite, es lo que tiene. En Logroño, nos mandaron un pequeño reposo, que, hasta creo nos va a venir bien. Esto, aparte de una lamentable excusa, es algo que se siente por todos lados, el Alba, entró en erupción en La Coruña y, todavía, no ha tenido tiempo de interiorizar lo conseguido. Un parón seantoja totalmente necesario, porque nuestro único objetivo es la salvación. Y, con eso, no se juega, porque no estamos en Albacete, ahora mismo, preparados psicológicamente para otro descenso;razón por la cual, convendría que nos centrásemos en llegar a los cincuenta puntos cuanto antes, para de esta forma, poder pasar de pantalla, pero mientras eso no llegue, que nadie alce la voz.

El año que se nos va, ha sido de lo más excitante, pero también nos deja varias moralejas, empezando porque las resacas de los éxitos, en Albacete, suelen traer malas consecuencias. Es por ello, que, tras haber salido del infiernillo con tanto brío, no debemos olvidar quiénes somos y, si el viento nos da en la popa, debemos ser cautos y no abrir las velas sin saber hacia dónde vamos. Los gallegos saben mucho de mares, barcos y derrotas (marítimas), así que dejemos que nuestro nuevo Rubén, siga sacando lustre a una compensada plantilla.

Tenemos, probablemente, uno de los dos o tres mejores entrenadores de la categoría, no nos volvamos locos si tardamos en alcanzar el objetivo. Estamos en el buen camino y quien tenga dudas, que mire unos meses atrás y se vaya hasta Sabadell o a Cornellá o hasta La Línea de la Concepción, si con esto no se le bajan los humos, que tome un libro de su biblioteca y busque dónde estaba nuestro Alba en los años duros del blanco y negro. Quien no conoce su historia, y, perdón por el manido aforismo,está condenado a repetirla.

Rubén Albés, ha hecho lo más difícil, nos ha sacado del abismo y nos ha puesto en la vía de la ilusión; aunque, tras lo arduo,naturalmente, queda lo peor. Tiene una bonita patata caliente entre las manos, un endiablado enigma, a saber: ¿llegar pronto al objetivo, llenar de ilusión a la afición y fracasar en el ascenso a la cumbre o demorar la llegada a la meta y quedar más bonito que un San Luis?

Esas cábalas las dejo para que, entre queimada y queimada, se saque las castañas del fuego el interfecto, ya que nuestro insigne entrenador, tiene sobrada capacidad para salir de esta estupenda encrucijada. Sea lo que sea, desde aquí le deseamos a él y a todo el Albacete Balompié, la mejor de las suertes y un felicísimo año 2023.

Del mismo modo, hago extensivos mis mejores deseos de bienestar para el año venidero, a todos los lectores y patrocinadores de 5MÁSELDESCUENTO.