Resumen del año 2022: Desde Sanlúcar a Vigo (1) (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

jueves, 29.12.2022

Cuando empezó el año que ahora se nos va, el Albacete Balompié andaba dando tumbos por esos campos de Dios. Después de la depresión del descenso a la nueva Primera RFEF (patético eufemismo para no llamar a las cosas por su nombre: o sea, Tercera), la famélica afición andábamos empezando a desperezarnos y aferrarnos a la posibilidad de volver a Segunda. Quedaba mucho y el camino era cualquier cosa, menos amable. Y, lo sabíamos.

Mirar a nuestros rivales del curso pasado y a los de ahora, causa cierta ternura, aunque, todo hay que decirlo, lo del año pasado, fue una encerrona, porque el grupo donde caímos estaba lleno de lobos históricos y nuevos con ínfulas. O sea, que nos costó una barbaridad sacar la cabeza y presentarnos en la promoción.Paciencia, en el capítulo siguiente, ya hablaremos de Riazor.

Llegamos cabizbajos a enfrentar al Costa Brava, al At. Sanluqueño, al Linares, al Cornellá, a algunos filiales y así hasta una decena de equipos más que nos metieron en un mundo desconocido y el miedo en el cuerpo. Desde muy pronto, y con Rubén de la Barrera al frente, nos dimos cuenta de que aquello no iba a ser un paseo militar. Gracias a que quizá el gallego, puso algo de sosiego, llegamos a la primavera, con dudas, pero con todo abierto.

Subidas, bajadas y justo, cuando se acercaba el momento de entrar a matar, los nuestros se arrugaron y empezaron los titubeos, que nos llenaros de dudas y pesimismo. Todo esto, apenas unas jornadas antes de subirnos al autobús, camino de Galicia. El discutido sistema de ascensos es lo que tiene, es muy emocionante, pero todavía no tengo claro que sea lo más justo, para quien se ha currado todo un campeonato, ha quedado arriba y, de pronto, se ve en una sórdida timba jugando a la ruleta rusa. Salió bien (y tranquilos, que ya falta menos para hablar de Riazor), pero no suelen prodigarse los finales felices por Albacete.

Ver cómo estábamos en enero de 2022 y ver cómo estamos doce meses después, causa estupor y felicidad al mismo tiempo. Pensábamos que no veríamos una evolución tan frenética (por lo rápida), pero se han dado las cosas de tal manera que, debemos pellizcarnos para constatarlo.

Creo que, De la Barrera, hizo un trabajo excelente, cogió un grupo deprimido y lo dejó eufórico, cierto es que, su estilo no es el más divertido, pero en el fútbol que se perpetra en la actualidad, no vemos que lo que hizo el Alba para ascender, fuese ningúnsacrilegio. El objetivo se cumplió y, quizá fue necesario hacerlo del modo en que se hizo. El caso es que el coruñés, cumplió sobradamente e hizo mutis por el foro nada más terminada la celebración; su cotización y su nombre subieron enteros y con algunos mohínos, en Albacete debemos estarle muy agradecidos.Por mucho que analicemos, podría perfectamente volver al Carlos Belmonte, ahora no, claro, pero Rubén de la Barrera tiene su lugar en la historia de nuestro Alba.

El cambio de cromos gallegos nos fue bien, pero hay que reconocer que el estado del grupo, de la Institución, de la Afición y de la Ciudad, no era el mismo que tras el fracaso del año anterior, y, algo tuvo que ver cómo se hicieron las cosas durante la temporada que los nuestros vivieron en el infiernillo que es la Tercera. Quiero decir, que, a veces, las travesías por el desierto hay que hacerlas, pensando únicamente en salir vivo, nada más; y eso se consiguió.

Es un placer discutir a pitón pasado (con las orejas cortadas), si la estética, si tal o si cual, pero estar en Segunda, cuando podríamos seguir malviviendo en Tercera, es todo un placer, que hay que agradecer a algunos que ya no están en el Carlos Belmonte.

No se vayan todavía, que aún hay más. A la vuelta de la publicidad, llegaremos a Riazor.