De barakas y flores (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

domingo, 25.08.2019

Mucho personal en el Belmonte para ver la resurrección del Alba, para comprobar cómo la suerte, a veces, sonríe al pobre, porque vaya tres puntos más trabajados. El VAR, el famoso VAR, por fin nos pintó una sonrisa, el corazón se nos puso a todos en la boca, pero al menos hemos vivido para contarlo. Hasta donde yo sé, no hay que señalar víctimas, pero a este ritmo, algunos no llegaremos a Navidad.

 

Qué cosas, no hemos marcado en dos partidos y estamos mejor que hace un año en la segunda jornada.

Ayer se trataba de ganar y dejar las florituras para más adelante, pero sigo preocupado por la ausencia total de mordiente, o al menos, lo que yo entiendo por mordiente. Eso sí, el Girona FC es uno de los gallitos, con lo que al resultado hay que darle la importancia que la ocasión merece. Tampoco nos fustiguemos y demos por bueno el adagio de ¨Ganar, ganar y ganar¨, ya habrá tiempo para mejorar. No es lo mismo trabajar viendo al equipo en el oprobioso fondo de la clasificación, que en una posición tranquila.

 

Y qué me dicen del hecho de ver la suerte de cara, de no tener que sufrir las mortificantes decisiones del ¨Tío del pito¨, que tantos disgustos nos han acarreado en el pasado y de tener la sensación de jugar protegidos por la baraka y la consiguiente flor en el culo, cosa reservada a los más grandes, eso, a estas alturas nos debe suponer un subidón de autoestima. Saber que en el balance final los errores y los aciertos serán parejos para todos, consuela y relaja tras haber sufrido el quinario de todos conocido.

 

Tuve la sensación de estar todavía viviendo en la temporada pasada, quiero decir, que vi al público enchufado, angustiado, excitado, cabreado, esperanzado, desazonado, alborozado, vaya, talmente el curso anterior. No sé si es buena o mala cosa, pero a mí me gustó saber que estamos otra vez en el mismo barco de locos capaces de sortear cualquier arrecife, por muchas sirenas malignas que lo guarezcan.

Ya sabemos que nuestro Albacete Balompié no es ni tan malo, ni tan bueno, sabemos simplemente que navegamos por las procelosas aguas de la Segunda.

 

Hoy no voy a aconsejar groseramente cambios tácticos, pero no voy a dejar, visto lo visto, de puntualizar a quien corresponda, que lo de jugar al toque, cuando se hace bien, es la quintaesencia, la sublimación del fútbol, pero que cuando por cualesquiera causas no se puede practicar, una miaja de testosterona y el cuchillo entre los dientes, son también otra buena fórmula de desencallar partidos trabados y una manera tan digna de jugar como lo dibujado en la pizarra más lustrosa.