¡Gol en el Belmonte! (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 23.09.2019

El sábado comimos en casa de unos primos en La Roda que no conocen el concepto de “nouvelle cuisine” ni falta que hace,porque entre los aperitivos, el homenaje pantagruélico y la sobremesa, por un momento pensé que no llegaría nunca al Charly, que así es como llama mi primo a nuestro estadio, puesto que los vapores etílicos de toda índole, más la ingesta desaforada me estuvieron provocando sustos y acometidas. Prudentemente me puse en el asiento de atrás, para intentar descabezar una breve siesta, vano intento el mío porque entre los vapores de toda índole,se me aparecía el fantasma del Málaga y, la duermevela se me convirtió en angustia y sudor frío. Y es que tamaños ágapes ya no son para gente de edad provecta, que es en lo que nos estamos metiendo algunos, mal que nos pese.

El fútbol tiene algo que no tienen el resto de espectáculos y es que por tedioso que resulte el partido, la pasión hace que uno no deje de estar pendiente de lo que ocurre ahí abajo. Bueno, tengo que reconocer, que alguna vez he visto a gente bostezando a modo y atenta a cualquier cosa menos al fútbol. Los móviles han venido a salvar a más de uno del aburrimiento; sea, el progreso es lo que tiene. El caso es que contra los malacitanos pudimos cantar a mil voces: ¡gol en el Carlos Belmonte!, como se deben cantar los goles y, claro, como en nuestros partidos el que marca gana, algo hizo que me relajase, bueno, es una forma de hablar como otra cualquiera, y me dijese gozoso que ya teníamos el botín. Pero qué va, hasta que el árbitro no silbó los tres pitidos no pude sonreír, de hecho estamos algunos tan alucinados por lo que está ocurriendo, que todavía tengo la sonrisa puesta. El Jóker, dice mi mujer que parezco.

Te falta Batman al lado, so pánfilo –me dice jocosa-.

Empezamos la semana pidiendo hora al terapeuta y la terminamos echando cuentas. Si es que somos incorregibles. Yo, ya lo saben algunos, sigo con lo mío y es que estamos en -38 y ahí se acaba mi ábaco.

El juego de los nuestros sigue dejando mucho que desear, pero me darán la razón si les digo que desde Almería, algo hemos mejorado y, prácticamente todos los jugadores, están ya compitiendo a un nivel, cuando menos decoroso. Pero queda mucho margen de mejora. Mucho, pero mucho, mucho, porque en cualquier momento la baraca se nos tuerce y tendremos que echar mano de algo más de imaginación y de coraje.

No se sabe bien cómo estamos en las alturas, a lo peor resulta que no somos tan malos o los demás no son tan buenos. Yo prefiero quedarme con la idea de que la temporada se va enderezando y que todo lo que se consiga ahora en plan hormiguita, no tendremos que buscarlo cuando lleguen las prisas. Vayamos haciendo acopio de grano y pertrechos, para que el invierno no se nos haga muy largo.

El viaje de vuelta a casa ya lo hicimos con la digestión bien hecha, aunque con los sustos del Málaga ¿o de los nuestros?, nunca sé bien quién me asusta más, si los rivales o nosotros mismos. El caso es que, en cuanto me recupere, volveré a La Roda o a Tarazona o donde se tercie a seguir homenajeando nuestra gastronomía y a felicitarme de que las modas culinarias tan refinadas como escuálidas, sigan lejos de mi radio de acción. Todos somos libres de comer lo que nos plazca, hasta ahí podríamos llegar, pero por favor, primun vivere, después podemos filosofar todo cuanto gustemos, pero mejor con la panza llena que así, hasta los triunfos del Alba se saborean mejor.