Manu Fuster durante el Albacete-Málaga. ALBACETEBALOMPIÉ

Todavía no sé donde estamos (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

jueves, 26.09.2019

Mucho se está escribiendo sobre la caprichosa estadística que campea en el casillero del Albacete, pero poco o muy poco se está hablando de que el año pasado los empates nos impidieron salir por la Puerta Grande, hasta catorce tablas firmamos la temporada pasada. Es por ello, que la cadencia que ha tomado hogaño el Alba es mejor, cierto que las derrotas nos dejan deprimidos, pero si tomamos algo de distancia comprobaremos con alborozo, que sumar de tres en tres es mucho mejor que sumar de uno en uno. Lo digo sin ánimo de presumir de mis capacidades matemáticas, pero les confieso, sin rubor, que a esta conclusión he llegado yo solito.

Lo malo de las derrotas cosechadas es cómo se han producido, claro que las victorias tampoco han sido para tirar cohetes, pero tras la reconversión veraniega, Ramisda la sensación de haber encontrado la fórmula para nadar y guardar la ropa. Mientras tanto, debemos percatarnos deque los demás también están acomodándose y, sabemos de sobra que a estas alturas, estar arriba o abajo no es más que fruto de la casualidad o la buena estrella. Hasta Navidad no sabremos quién luchará por la zona noble y quién por no descender.

La UD Las Palmas es otro histórico con un pedazo de estadio, con buen entrenador y con una masa social tremenda, es casi un recién descendido y hoy está, como otros de su linaje, luchando para evitar la depresión. Sus números son similares a los nuestros, pero la suerte no le ha sonreído como a nosotros, pero repito: es muy pronto para saber si un equipo está en crisis o simplemente está reubicando sus peones.

El hecho de jugar en el Gran Canaria, creo que nos da un puntito de ventaja psicológica, puesto que para un equipo con aspiraciones, verse tan abajo es una losa y como los nuestros se desempeñan casi mejor fuera que en el Belmonte y, como para colmo de bienes, seguimos teniendo la flor y, mejor lo dejo aquí que no quiero pasarme de optimista.

Independientemente del resultado, deseo con avidez que los nuestros vayan mostrando mejor cara, porque no sólo se vive de pírricas victorias que nos dejan más incertidumbres que certezas, los aficionados del montón, ajenos a los entresijos que se cuecen en los mentideros de palacio, necesitamos recibir señales inequívocas de que tendremos oxígeno suficiente para llegar a la cumbre de los cincuenta puntos.

No se discute el ritmo matemático que llevamos, puestoque es magnífico, es la calidad de lo obtenido lo que no nos cuadra.