Fuimos a por lana y salimos trasquilados (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 14.10.2019

Lo primero que hay que hacer en situaciones así, es felicitar al adversario, en este caso al Real Oviedo y a otra cosa. Ya sabemos que este año va a ser así, cal y arena, arena y cal, será un intercambio de golpes hasta el final, eso sí, deseemos que, al menos, se repartan equitativamente los sacos. Lo peor, por mucho que se diga es la imagen que el Alba ofrece, sobre todo en casa, ni siquiera con el marcador en franquía, los nuestros dan la sensación de poder sacar el partido adelante. A tal punto que los forasteros se vinieron arriba en la segunda mitad, y al final lógicamente obtuvieron recompensa y de la buena. Nada como la ambición, para suplir las carencias técnicas. El Alba parece que juega al ralentí, no pisa el acelerador en ningún momento y los rivales, por nuestra aparente apatía, se ven obligados a buscar la pelota.

Tenemos la malhadada virtud de despertar a los muertos,por nuestra propia desidia.

 

De haber ganado, no sólo habríamos dejado groguis a los asturianos, sino que hubiésemos despejado alguna incógnita matemática, infelizmente sucedió lo peor que nos podía pasar, así pues volvemos a la casilla de salida.

 

Tampoco creo que la derrota sea para volverse locos, este año debemos ser más cautelosos que nunca, por lo que no hay nada nuevo bajo el sol, el objetivo sigue siendo el mismo, pero aunque hubiésemos conseguido los tres puntos, tampoco variaríamos el rumbo, nada de fastos ni fuegos de artificio, naturalidad, sólo naturalidad y esperar tiempos mejores.

 

Viendo nuestra trayectoria vital, viene bien darnos otro baño de realidad; cuando nos embalamos, a menudo nos damos buenas costaladas, así que con esta cadencia de un sí es no, iremos con pies de plomo a nuestro próximo envite. Tras las victorias tendemos a instalarnos en una extraña atalaya que nos despista y luego nos toca  morder el polvo. Y eso que los que me conocen saben de mi negatividad congénita y, alguno hubo que se rio de mí cuando íbamos al campo, cuando les decía que cuidadín, que algunos moribundos suelen estar muy vivos y mira, al final se nos quedó a todos la cara de tonto que aventuré cuando íbamos de ida por la Avenida de España. Cuando volvíamos de vuelta por la misma ruta, nadie decía nada, había un aire de funeral que excuso relatarles, porque seguro que saben de lo que les hablo.

Al poco me permití romper el hielo y una lanza en favorde nuestro Alba y las muecas acartonadas parecieron diluirse, pero creo que fue sólo un espejismo.

En suma, que este año vamos a tener que remar en galeras, tras once jornadas, la bola de cristal es inequívoca: el Alba luchará por jugar el año que viene en Segunda que, en absoluto es ningún desdoro, ni tan mal horizonte.