Eddy Silvestre en el Albacete – Cádiz. MATEOVILLALBA

Decimoquinta jornada y seguimos para bingo (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 08.11.2019

La semana ha transcurrido como si hubiésemos ganado la jornada anterior, eso nos da la pauta de dónde estamos, caminando con solvencia, con la cabeza sobre los hombros y asimilando con naturalidad los vaivenes del calendario y sus caprichosos disgustos y ofrendas. Cuando hablo de solvencia no quiero decir,de ninguna de las maneras, que vayamos de sobrados por la vida. Seguimos siendo el equipo modesto de siempre, pero con hechuras y aspiraciones. Esa es nuestro lema, nada de fichajes por encima de nuestras posibilidades o cuentas de la lechera perdiéndole el respeto a los rivales.

Como digo, sin novedades ni aspavientos esperamos al CD Lugo, equipo que este año todavía no ha ganado lejos del Anxo Carro y al que los empates lo tienen relegado en la zona inquietante de la clasificación. Es de los conjuntos que más goles encaja, pero ha visto puerta quince veces, lo que quiere decir que ha hecho cinco goles más que nosotros. Típico partido, por tanto, de difícil pronóstico porque sólo ha perdido cuatro encuentros, o sea, dos menos que nuestro Alba. Entre que nuestro balance goleador es penoso y que los números de los rojiblancos tampoco son muy lógicos, puedo afirmar y afirmo sin temor a equivocarme, que tenemos otro partido de altísimo riesgo.

Sigue siendo extraño ver al Alba con balance negativo, sobre todo porque uno piensa que en cualquier momento la estadística se puede convertir en tendencia y ahí, Houston, sí podríamos tener un problema. Por juego no es tan extraño, puesto que hemos reforzado flancos que antes teníamos algo desatendidos, pero arriba nos cuesta una barbaridad enchufarla. Ya sucedió el año pasado, pero don Luis Miguel sigue atrancado en esa faceta. Nuestros delanteros no desmerecen en absoluto respecto de los otros rivales, creo más bien que la sala de máquinas está algo atascada, que, en definitiva, no los nutre lo suficiente. En el ajedrez, como en casi todas las facetas de la vida, quien toma el centro del damero tiene gran parte de la estrategia ganada, así que, sin ánimo de sugerir o aconsejar, lejos de mí el afán de jugar a los mariscales de campo, deberíamos prestar más atención al núcleo, a la torre de control, al lugar donde se trazan y se diseñan los mapas. Ya he confesado en más de una ocasión que yo sólo soy un aficionado, no acérrimo, y aunque de tácticas no sé mucho, sí observo la sequía casi endémica de los nuestros, vaya, lo que ve todo el mundo, con lo cual, algo habrá que hacer ¿no?.

Es un mantra, pero no por repetirlo dejaremos de perder el objetivo, nuestro horizonte es el mismo que teníamos en verano y estamos a poco de llegar al descansillo. A ver si antes de Navidad trincamos los veinticinco puntos. Yo creo que es factible, pero siempre conviene ir con cautela, el camino es largo y está lleno de trampas. Y si no, que se lo digan a Ulises que ese sí que se sabía de caminos, de viajes y objetivos.