Manu Fuster recuerda su debut con el Alba… en el fútbol profesional

21 partidos de Liga. 3 goles. Un cambio de dorsal, ahora lleva el 8. Y un rol importante dentro del equipo. Esto es todo lo que ha pasado desde que el pasado 18 de septiembre de 2019, en el Alcoraz, en Huesca, Manu Fuster se estrenase en el fútbol profesional con una primera intervención aderezada de genialidad y que acabó en el penalti que Susaeta transformaría en los tres puntos para el Albacete Balompié.

Curiosidades del destino, aquel penalti se lo hizo el mismo jugador -Pedro- al que Fuster entregaba los balones cuando era recogepelotas en el Ciutat de Valencia. Un capítulo, el primero, en la larga historia que se le atisba al ‘mago’ en el Carlos Belmonte. Una historia que comenzó a escribirse ante el rival que mañana buscará obstaculizar nues- tro acceso al objetivo fijado, nuestra continuidad en la categoría de plata. Un reto por el que se dejará la piel uno de los nuevos ídolos de la afición.

“Aquel día del debut lo recuerdo como un día realmente feliz. Cumplí un sueño y ayudé al equipo a conseguir la victoria. No pude dormir aquella noche. Recuerdo una mezcla de nervios, adrenalina e ilusión que me impedían conciliar el sueño. Me decía, ‘has debutado en el fútbol profesional y todo ha ido de maravilla’. No me lo podía creer”, rememora el delantero albacetista de aquella antepenúltima noche de verano con la que mantiene una cuenta pendiente. “La camiseta se la prometí a mi madre, pero aún no se la he dado”.

De aquella inolvidable noche, más allá del propio partido, guarda un recuerdo imborrable. “El mensaje más especial fue una videollamada de mi familia, principalmente de mis hermanos. Estaban igual o más felices que yo por mi debut y ver a las perso- nas que más quieres con esa cara de felicidad no tiene precio”, rememora en la entrevista realizada a la revista “Locura por el Alba” en su número 2.

¿Qué ha cambiado a nivel futbolístico Manu Fuster desde entonces? Es una pregunta ante la que el ‘8’ albacetista guarda silencio un buen rato. “Claro que he crecido como futbolista desde aquel día. Entreno y compito contra jugadores de altísimo nivel, pero… quizá por no verme desde fuera no soy consciente de los cambios”, analiza. “Pero si tuviese que decir algo creo que Manu ahora es un futbolista más inteligente, que sabe llevar mejor los partidos y adaptarse a lo que necesita el equipo”.