Arranca en Palermo el Giro de Italia con el albaceteño Héctor Carretero

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sábado, 03.10.2020

La situación que nos ha tocado vivir en el mundo depara para este 2020 un calendario peculiar, cuya mayor anomalía se manifiesta en la 103ª edición del Giro de Italia. No será en primavera, sino en otoño; no tendrá su salida, como estaba previsto, en Hungría, sino que se disputará de forma casi exclusiva en territorio transalpino; y tendrá que combatir,por un lado, con la climatología de octubre(especialmente en las grandes alturas de la última semana), y por el otro, con la sombra de una pandemia cuya segunda ola afecta de forma desigual a los diversos territorios europeos.

El arranque de la prueba será en Sicilia, con cuatro etapas, en lugar de las tres previstas antes de que se descartase la salida en Budapest. Comenzaremos (sábado 3) con una contrarreloj de 15 km en Palermo, probablemente una de las más rápidas de la historia, ya que pese a contar con una cota de 4ª categoría en el inicio -1100 metros para entregar la primera ‘Maglia Azzurra’-, la primera parte es en descenso y la llegada tiene bastantes rectas planas. Desde allí, tres etapas exigentes: la de Agrigento (domingo 4), con casi 4 km finales al 5%; la del Etna (lunes 5), con la subida hasta el Piano Provenzana (18,8 km al 6,6%); y la de Villafranca Tirrena (martes 6), pasando a mitad de carrera el largo Portella Mandrazzi (3ª cat).

Llegados al continente, el terreno seguirá siendo duro. La quinta fracción (miércoles 7) ofrecerá nada menos que 225 km y la subida al Valico di Monte Scuro (1ª; 24 km al 5,6%) justo antes de la meta en Camigliatello Silano; la llegada de Matera (jueves 8) tendrá bastantes rampas -una de ellas, de 750m, al 6% a dos kilómetros de meta-; y no será hasta Brindisi (viernes 9) y Vieste (sábado 10) cuando los velocistas tengan sus primeras opciones claras al margen de la de Villafranca. La primera semana se remata con otro día de montaña (domingo 11), pasando Lanciano (1ª) en la primera mitad de carrera y otros dos altos de Segunda antes de la llegada en Roccaraso (1ª; casi 10 km al 6%; meta con rampas de hasta el 12%).

La segunda semana, el tránsito entre el sur y el norte del país, será la que más opciones deje a los hombres rápidos, con días sinuosos -bastantes cotas en Tortoreto (martes 13) y Cesenatico (jueves 15), aptas para fugas- pero sin grandes dificultades hasta el tercer fin de semana de la prueba. El sábado 17 traerá la segunda crono individual, sobre 34 km con el Muro di Ca’ del Poggio en el arranque y un largo repecho hacia Guia antes de la meta; eldomingo 18, la primera visita a los Alpes, en este caso los friulanos, con Sella Chianzutan (2ª), Forcella di Monte Rest (2ª), Forcella di Pala Barzana (2ª) y llegada en Piancavallo (1ª; 14,5 km al 7,8%).

Si el segundo tercio parecía algo menos exigente, hay que advertir al lector que el tercero es un atracón. Todas y cada una de las etapas hasta la tercera CRI, la decisiva, en Milán (15,7 km llanos, domingo 25), rozan o superan los 200 kilómetros, y todas juegan un papel importante. El martes 20, un circuito final en San Daniele del Friuli (229 km), con tres pasos por el Monte di Ragogna (3ª). El miércoles 21, paso por el Trentino, con Forcella Valbona (1ª), el famoso Monte Bondone (1ª), Passo Durone (3ª) y final en Madonna di Campiglio (1ª). El jueves 22, cuatro puertos y un remate que, de poder celebrarse -la nieve y el mal tiempo a finales de octubre serán un peligro-, promete ser espectacular: Stelvio (Cima Coppi) y Torri di Fraele (1ª), superado el año pasado en el Giro Rosa, antes de la meta en los Lagos de Cancano.

Y tras una última opción para los velocistas o las fugas, sobre ¡253 kilómetros! -ya decíamos que todas las jornadas jugaban su papel de desgaste- en Asti (viernes 23), la jornada reina por su situación en carrera, alturas y prestigio, desde Alba hasta Sestriere (sábado 24), pasando el Colle dell’Agnello (1ª), el Izoard (1ª), Montgenèvre (2ª) y final con 11,4 km al 6%, puertos todos ellos encadenados sin descanso.