Lugo, Basilea y el desamparo marital (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

miércoles, 18.11.2020

No me consta, pero desconozco si el Albacete Balompié tiene un Defensor del Aficionado o, en su defecto, un buzón de sugerencias, en caso contrario, desde aquí le conmino a que haga una hucha en previsión de la avalancha de demandas de divorcio que va a haber en nuestra provincia si, como es mi caso, muchos de nosotros no nos sentimos acompañados en casa, por la pasión, la agonía, el sufrimiento y el ridículo, al que nos vemos enfrentados semana a semana.

Mi señora, no se lo creía, cuando vio que empalmaba dos partidos seguidos y, cual zombi, yo no era capaz de articular palabra, mi cara era un poema y mi alma se arrastraba por el suelo.

Eso de que yo monopolice la televisión no lo lleva bien, aunque ella no sabe que yo tampoco, cuando de ponerse a ver a los nuestros se trata. Lo de ver películas en la tablet, lo lleva regular. Normalmente me suelo refugiar en la clandestinidad de la habitación a sufrir en silencio, pero el otro día, me dije, voy a ver al Alba en pantalla grande y luego a España y luego lo que sea menester. Que se note quién manda en casa. Y, vaya si se notó.

Todavía no sé cómo calificar lo de Lugo y, ahora viene lo peor, el consiguiente cruce de declaraciones acusatorias, que si tú, que si yo, que si nosotros, que si vosotros o que si ellos. Resumen: el Alba está bajo mínimos y el personal no sabemos a qué atenernos. Estamos buenos, patético eufemismo para no proclamar que estamos más que hartos de arrastrar nuestro nombre por todos los campos, de mancillar nuestra historia y de dar vueltas alrededor de la noria, como un burro burriciego.

Sigo pensando que hay equipo de sobra para mantenernos, pero sigo viendo semana a semana que la actitud, el compromiso y la táctica son manifiestamente mejorables. Desde la distancia televisiva se adivina una condescendencia digna de un grupo de sobrados, cuando en realidad, sólo nos vamos a salvar, si apretamos los dientes. No hay fórmulas mágicas.

A López Garai ya se le ha acabado el crédito, en poco tiempo ha dilapidado la ilusión que nos quedaba, a él y sólo a él corresponde levantar el alicaído ánimo de los nuestros y empezar a desplegar la imaginación y osadía que lo han traído hasta nosotros. Sin ánimo de ser ningún cabestro, a día de hoy, el nuevo entrenador está resultando todo un bluf, una decepción en toda regla.

Luego vino lo de Basilea, por un momento pensé que me iba a resarcir, pero hete aquí que no, que casi fue peor. En fin, hay días en los que es mejor no levantarse de la cama. Menos mal, que de salud andamos bien, porque semejante atracón de disgustos, no resultan fáciles de digerir.

Lo dicho: a ver si la directiva del Albacete, toma nota de mi sugerencia y prepara una hucha así de grande para los sufridos albacetistas.

Lo del mal que cien años dure, se ve que no va con nosotros.