Lugo, valor doble (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 13.11.2020

Primera constatación: le ha sentado mejor el cambio de entrenador a los lucenses que a nosotros, ya que si tuviésemos en cuenta sólo las últimas seis jornadas, el CD Lugo, se habría colocado colíder. Deduzco por ello, que algo habrá tenido que ver el nuevo técnico. Sólo el gran favorito al ascenso ha podido pararle los pies y su balance de goles es, francamente muy bueno.

Segunda constatación: la salida al Anxo Carro es una etapa sumamente difícil. Es el típico partido en que, si sacamos algo, se podría catalogar como de doble valor, porque si seguimos jugando con miedo, podemos salir malparados. Salir derrotados con saña, también tendría mensaje envenado, con lo que convendría pisar el césped con ánimo de victoria.

Tercera constatación: percibo un aire de calma chicha en nuestro Alba, parece como que, una vez pasado el efecto del cambio, todos estamos a ver qué pasa. Lo que hemos percibido con López Garai, no termina de convencer a la parroquia, que sin querer perder la paciencia, no tiene elementos suficientes para el optimismo.

Cuarta constatación: un par o tres de malos resultados seguidos, darían con el nuevo proyecto al traste y entonces, nos quedaríamos colgados de la brocha otra vez.

Lo del valor doble de la cita gallega, no es ni más ni menos, que mostrar mis deseos de ver por fin a los nuestros, dar la cara en una cita de relumbrón y sacar adelante un partido lejos de casa. Los rojiblancos están de dulce, pero no por ello debemos interiorizar nuestra presunta inferioridad, puesto que en algún momento, quiero creer, debemos sacar el carácter. Y no hablo sólo de testosterona, que también, sino simplemente de jugar al fútbol que, como todo el mundo debiera saber, es un juego que consiste en marcar más goles que el rival. Tapiar nuestra puerta, sí, pero ir a golpear allá enfrente, también. Cansados estamos de ver pasar los minutos, sin que pase nada que no sea perder tiempo o intentar arañar un triste empate sin goles.

Con todo esto que estamos pasando, ver hoy un partido del Albacete Balompié, jugando con tanto miedo y tantas precauciones, no ayuda en absoluto a salir del marasmo en el que vivimos. Se supone que amamos al Alba, pero si nos ponemos delante de la tele para orillar nuestro día a día, poco o muy poco nos ayuda con su mensaje. Creo que al fútbol, como a la vida, hay que echarle un poco de osadía, y sí, a lo peor pagamos con un disgusto algún exceso, pero merecen la pena esos contratiempos, cuando en el balance final hemos conseguido mucha más miel que hiel. Eso de tener la sensación de que si encajamos, todo se acabó, me desespera. Si nos marcan, pues a tratar de empatar y si empatamos, a tratar de ponernos por delante y no a guarecernos como mascotas acobardadas. Debemos tratar de matar y si no puede ser, pues moriremos, pero matando.

Tristemente, el fútbol que le vemos al Alba, se parece demasiado a nuestras vidas, si queremos ilusión, tenemos que buscarla por otros derroteros.

Mira que si en Lugo, me tengo que comer mis palabras. Lo haría encantado. Sin pan, ni nada.