Cualquier parecido con la realidad, no es casualidad (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

martes, 15.12.2020

Cuando las cosas tienen una cierta dinámica, por pura cuestión física, resulta arduo darle un empujón para cambiar la trayectoria. Y, si resulta que la fuerza negativa arrastra años de lamentos y fracasos, los responsables de revertir la situación tienen doble faena; doble, triple, o peor aún.

La cuestión es irse al toro, con responsabilidad, pero con el ánimo de jugársela, ya está bien de hacer como que no pasa nada, cuando todos sabemos que el enfermo, aun estando vivo, necesita respiración asistida, cuidados intensivos y muchos rezos; un rosario al día, por lo menos.

A estas alturas, ya tenemos la certeza de que Alejandro Menéndez acabará la temporada, porque un nuevo remiendo, lo único que conllevaría sería seguir tirando el dinero y las ilusiones. Dejémosle trabajar, que haga lo que buenamente pueda y procure al menos salvar la dignidad de un grupo derrotado y sin moral.

La buena noticia es, que peor no podemos estar, por lo que toca relajarnos asumir la realidad y dejarse de presiones y estreses, el Albacete Balompié está al pairo, sin rumbo y a expensas de la más mínima brisa, navegamos en una balsa hecha con cuatro tablones. Todo lo que no sea ser comidos por los tiburones, lo daremos por bueno.

El cerco se va cerrando, pero todavía se pueden encontrar vías de salida, pongámosle una sonrisa a la cara de acelga que llevamos todos puesta, desde hace dos años por lo menos.

La crisis es tan grave, que no es cuestión de resultados, sino más bien se trata de salvar la institución, tal parece que cualquier cosa que se intenta se deshace.

No soy supersticioso, si lo fuese diría lo del mal de ojo que nos han echado, que si nos ha mirado un tuerto, que hay luna llena, que si tal o que si cual, no, no hay lugar para supercherías, se trata de trabajar y hacerlo bien, porque tiene toda la pinta, de que en el Club se echan muchas horas, pero la productividad brilla por su ausencia. Es tiempo de aprovechar el tiempo y priorizar, porque mientras no se demuestre lo contrario, todavía estamos en Segunda, no muy vivos, pero jugamos en Segunda.

De todas formas, me chocaron en Castellón, las lagunas y los fallos de concentración que propiciaron la catástrofe. Pensé que el nuevo míster iba a empezar por corregir la cuestión psicológica más que la deportiva. Sin un buen funcionamiento de la cabeza, el cuerpo no hace más que vagar sin objetivo alguno. Eso le pasa a un futbolista cualquiera, a un jardinero, a un camionero, a un arquitecto e incluso a un funcionario. Nos pasa a cualquiera.