Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 29.03.2021

Todavía no recuperados del sofocón de Gerona, es el momento de tener la cabeza fría, justo cuando tocamos fondo otra vez. Pero es ahora cuando se ve el verdadero carácter manchego, cuando todo son triunfos, qué fácil resulta dar palmaditas en el hombro y abrazarse hasta a las farolas.

Jugamos como nunca y perdimos como siempre, pero por un fallo al final que, es cierto, dio con todo al traste, no vamos a darnos por vencidos. El Alba no es el mismo, la suerte sigue siendo esquiva, pero el espíritu del equipo es otro, no vayamos ahora a bajar los brazos. Merecimos cualquier cosa, menos perder.

Seguimos dando manotazos de ahogado, pero seguimos vivos. Podemos protestar cuanto queramos y cargar las tintas, sobre esto o aquello, pero una metedura de pata no debe cambiar el sentido de la marcha. De diez partidos como el de Montilivi, sólo hubiésemos perdido el que perdimos. Me aferro a los hechos y dejo de costado al azar, porque me gusta más lo que veo que el albur caprichoso, que da y quita sin saber bien porqué. A mí no me gusta ganar de cualquier manera, marcar con el brazo o que nos favorezca un penalti injusto, prefiero que los nuestros me den motivos para creer y, con todas nuestras carencias afirmo, desde ya, que nos vamos a salvar.

Los que hayan contenido la risa y no se hayan ido, entenderán mi razonamiento y es que, llevamos ya unos cuantos partidos jugando a algo parecido al fútbol, sin baraca eso sí, con los hados mirando para otro lado, pero si conseguimos olvidar pronto los contratiempos, si conseguimos que la mente domine y no se deje llevar por los impulsos del corazón, tendremos muchas posibilidades de salvarnos.

Hemos visto que este año, no serán necesarios los famosos cincuenta puntos, así que habrá que apretar los dientes y seguir con la línea apuntada en los últimos partidos. Esta semana, tendremos ocasión de comprobar si sí o si no. Tenemos un rival directo con el que nos jugamos más que tres puntos, si perdemos, lo tendremos muy complicado, y si ganamos, tampoco será definitivo, pero tengo para mí, que nos vamos a salvar.

Me quedé un buen rato cosido al sillón sin poder articular ni palabra, ni gesto coherente alguno, el error del final me dejó helado. Con la victoria en el bolsillo, el final que nos deparó nuestro Alba, fue cruel. Mi maltrecho corazón lleva ya decenas de decepciones, provocadas por nuestra fatalidad histórica, así que lo de Gerona, no es nada más que un accidente en nuestra lastimosa estadística.

No he perdido ni una pizca de fe y eso que, les confieso, me está costando un mundo olvidar la pesadumbre y el berrinche que me corroe. He pasado una noche de perros por el sofocón, a mi mujer le he dicho que ha sido por el cambio de hora, que no he terminado de interiorizar, pero he tenido suerte que no haya visto la caja de clínex que dejé completamente vacía, ya que tras la congoja provocada por el error, me dio una llorera importante. Insisto: no fue nada más que eso, un error.

No nos volvamos más tarumbas de lo que ya estamos.