El pragmatismo también sabe jugar y ganar (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 22.11.2021

Lo bueno de jugar contra equipos que quieren jugar bien al fútbol, es que permiten que nosotros también lo podamos hacer. Eso sí, hay que rezar para que este tipo de futbolistas no tengan su día, porque de lo contrario se sufre, se suda y se suele perder. Al FC Barcelona B, le sucedió exactamente eso, que la visita al Carlos Belmonte no coincidió con uno de esos días. Nuestro portero y nuestra defensa rayaron a gran altura, aunque por descontado, se cometieron las pifias habituales, el balance es muy positivo. Cuando la avalancha azulgrana se puso en modo sunami, ahí estuvieron los nuestros para conjurar todos los arreones.

Nuestros problemas estuvieron más en el centro, pero claro, teniendo en cuenta los jugones que teníamos enfrente, tampoco hay que ensañarse con los nuestros, y arriba apareció Manu Fuster, que si en ocasiones se tapa o no está a la altura, a él pertenecen los tres puntos que atesoramos. A él y a los demás, pero cuando se está tan acertado, resulta difícil no destacarlo.

La moraleja de este partido es que nos sacudimos el disgusto que arrastrábamos desde la jornada anterior y, a lo mejor, empezamos a mejorar cuando vayamos de viaje. La gran tara de nuestro Alba de esta temporada es que, en casa bien, pero fuera nos dan bien en los morros demasiado fácilmente. Perdemos con inquietantefrecuencia y, encima, sin derecho al pataleo, porque lo hacemos por deméritos propios. Curiosa la bipolaridad blanca. Y nefasta.

El caso es que seguimos asentados en la zona noble de la clasificación, pero a poco que nos fijemos, estamos a apenas tres puntos de salir de la promoción. Ya hemos visto que hay equipos que se suben al carro, otros que ya no son tan fieros, en suma, que la competición se está poniendo bonita y, a pesar de nuestras reiteradas meteduras de pata, no se puede decir que el Alba no haya tenido suerte. O bien escogemos con tino el momento para perder, o bien que las victorias se pagan bastante mejor que los empates. Se diría que un empate y una derrota, valen lo mismo. Con esta lógica, si seguimos amarrando los partidos de casa, tenemos muchos boletos para terminar entrando en la promoción, aunque, como ya es de todos sabido, el objetivo inconfesable es, como diría el clásico: campeonar. Con lo que nos evitaríamos la lotería final, que como toda lotería, suele ser azarosa y salir por cualquier cerro de Úbeda.

Semana tranquila la que le espera a Rubén de la Barrera, su pragmático planteamiento le ha dado buenos réditos y vuelve a tener a la inmensa mayoría de la afición calmada. No es frecuente un resultado tan claro, aunque el juego no fue en absoluto tan dispar.

En realidad, los días se aprietan en el calendario, porque en apenas unas fechas volvemos a examinarnos antes del debut en la Copa de S.M. el Rey, competición por cierto, que tenemos olvidada y que no da ni para disgustarnos. Es verdad que no estamos para muchas florituras, pero como es una competición maltratada y prostituida por los grandes, sólo cuando la ocasión es propicia, los pequeños se implican. Así que lamentándolo mucho, jerarquicemos las prioridades.

Hablaremos de la Copa, pero ahora toca seguir concentrados en la liga.