Los símbolos, no se tocan (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

sábado, 09.07.2022

Desconozco cuáles son los planes publicitarios de los dueños de nuestro Alba. Hasta ahora, con algunos altibajos, la trayectoria de la dirección ha sido, más o menos tranquila y coherente, por lo que no cabe angustiarse.

Últimamente, llevados por la fiebre consumista, no nos engañemos, todas estas zarandajas de la mercadotecnia, tienen un marcadísimo trasfondo económico y, muchos clubes deportivos, siguiendo la moda de la grandes empresas, deciden darle una mano de pintura a sus respectivas instituciones, no ocurriéndoseles cosa mejor, que rediseñar escudos, insignias, en suma, actualizar –dicen ellos-, los viejos valores, de sus respectivas casas.

De todos es sabido, que lo único que pasa de moda, es precisamente esto: la moda, así que si se quiere dar algo de solera a lo que sea, lo mejor es tratar de hacerlo imperecedero. Nombres, símbolos, edificios y otros ámbitos sufren los caprichosos albures de los tiempos y los mandamases, creyéndose lo más de lo más, deciden echar por tierra, lo que otros, con empeño, trabajo y denuedo consiguieron poner en marcha.

Insisto que no creo que en el Albacete Balompié, se piense de forma tan frívola, pero quién sabe, a lo mejor los cantos de sirena de tal o cual marca, hacen que nuestro estadio pase a llamarse Noséqué Stadium ACME Corporéison S.A., o alguna cosa más estrambótica. Suena tan postmoderno, tú. O cambiar nuestro murciélago, no sé, por un ornitorrinco o un unicornio ¿por qué, no?, ya que los animales en vías de extinción u oníricos, nos causan tanta ternura que, ay, es que el verano, eso, me pone muy candoroso.

No seré yo quien se meta donde no le llaman, pero mejor no jugar con las cosas del comer. En Primera o en Tercera, el Alba (aunque no lo sea), es del pueblo. A punto de cumplir un siglo, no vayamos a despeñarnos por la cuneta de la irrisión.

Me ha venido esto por la monserga, de que la moda está más de moda que nunca y por si acaso, suena la flauta y nos da por subir un peldaño, a lo peor, desde la Primera nos tiraría los tejos alguna glamurosa fábrica de azulejos, para alicatar los castillos de nuestro escudo.

Dejo de marear perdices, deseando que se mejore nuestro Club, pero que se tenga cuidado, para ver en qué jardines nos metemos. Por el momento se ve cautela en la gestión y, no parece que el reciente éxito haya puesto a nadie nervioso, razón por la cual, debemos seguir confiando en quien está demostrando cuajo para llevar con bien nuestra modesta enseña.

Los días van pasando y tras la llegada del nuevo entrenador, da toda la impresión de estar haciéndose las cosas con tiento, lejos del mundanal ruido y los focos, que todo lo trastocan.

Estos cambios estéticos que surgen así de pronto, tienen toda la pinta de, como decía El Gatopardo “cambiar todo, para que no cambie nada”.

Nunca supe mucho de nada, pero cada día sé, que sé menos de todo.