De más a menos, con solidez, pero mirando el reloj (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

miércoles, 18.01.2023

A veces se nos olvida que somos quienes somos y el subidón no sólo traiciona al subconsciente, sino también a la razón. El sabor de boca que nos dejaron los nuestros en Huesca, fue tan lindo, que nos pensamos que, a partir de ese momento, todo van a ser paseos triunfales bajo los laureles de la Roma de los emperadores; y no, el partido contra el CD Leganés, nos demostró, que hay que correr, hay que saber jugar y hay que saber sufrir.

Contra los madrileños, los de Rubén Albés, salieron como toros bravos, pero en la segunda parte, hubo que remar, ser solidarios, capear el viento y sobreponerse a las bravatas de los de Butarque. Venía un equipo que llevaba una racha inmaculada y lo demostró: aguerrido, seguro de sí mismo y dispuesto a sacarnos del partido por el lado más pendenciero, pero, aunque el Alba no se arrugó, hubo momentos que tuvo que jugar al patadón y, como ese capítulo fue en el segundo acto, se nos quedó, quizá, un cierto regusto agridulce; ya que, cuando el Alba, triangula, toca, soba y crea, los rivales sufren. El Leganés, no nos dejó sacar los violines y, tuvimos que recurrir al fútbol ancestral.

Lo importante es que amarramos los tres puntos, que empalmamos dos partidos seguidos ganando en casa, que nos hemos plantado en la zona noble, que llevamos cinco jornadas sumando y que, estamos apenas a quince puntos de la salvación matemática cuando todavía quedan casi sesenta en juego. Hay que seguir con mucha precaución, pero la actitud del grupo es magnífica.

El partido fue muy exigente y, el Alba, sabedor de lo rocoso de los madrileños, empezó enseñando los dientes, eso, al fin y a la postre, resultó fundamental, porque en la segunda parte se igualaron las cosas y, el Leganés lo tenía claro: sacarnos del partido a base de experiencia. Los nuestros, demostraron madurez y no cayeron en la trampa saducea que nos tendieron.

En Segunda, nunca hay que festejar nada hasta el final, porque la inmensa mayoría de los equipos sabe latín, manejan los tempos con soltura y frialdad y, aunque encajen pronto, siguen a lo suyo. El Alba, es uno más, porque también sabe jugar a lo que le proponen; no es casualidad que hayamos perdido apenas cinco partidos en veintitrés duelos. Y ya, son siete veces que no encajamos. El global de la campaña, se puede considerar de sobresaliente, mas queda por ver si aguantaremos el tirón; ya que los partidos se juegan sin cuartel y el desgaste físico, por tanto, esenorme.

Consideremos los treinta y seis puntos, como víveres anticipados, por lo que pueda ocurrir en el futuro, pero es difícil contener la felicidad que nos abruma. No deberíamos, pero en breve, vamos a exigir caviar en cada comilona, porque hay ratos en que bordamos el fútbol. La afición, si esto sigue así, no se va a conformar con menos. Esto podría llegar a ser un bumerán, así que hay que tratar de controlar la euforia y recordar cada semana, que estamos compartiendo categoría con tiburones.

Hasta que no llegue la primavera, tratemos de seguir disfrutando y contentarnos con cumplir el objetivo. No nos embelesemos mirando la clasificación, dejémosla de lado, pero recreémonos íntimamente pensando que hay dieciséis equipos que se mueren de envidia por nuestra situación.

Que presuman otros, nosotros estamos obligados a seguir llenando la mochila de humildad.