Escrito por: Bienvenido Picazo
sábado, 14.01.2023
Se presenta el CD Leganés en Albacete en medio de una racha sobresaliente. Los madrileños serían líderes si contásemos solamente las últimas once jornadas, esto quiere decir que, tras haber superado un inicio de campeonato, ciertamente lánguido, ya se están postulando como uno de los gallitos con ínfulas de meterse entre los dos primeros.
El problema que tienen los pepineros esta semana, es que van a visitar a un rival, que también está en un gran momento de forma. La mezcla de estas dos situaciones inevitablemente tiene que dar un gran partido, dos tendencias tan positivas son un menú exquisito para el espectador neutral, nosotros, naturalmente, lo viviremos con pasión y deseando amarrar los tres puntos, pero no por ello menos predispuestos a gozar si se da el caso. A nadie se le escapa que, si conseguimos superar un examen tan exigente, ya no podremos seguir ocultando nuestras aviesas intenciones.
Si esto fuese la Copa, me atrevería a afirmar que quien ganase, se llegaría hasta los cuartos de final, porque ambos contendientes están a tiro de piedra de subir un escalón, que los llevaría a ver la vida de otra manera. Como esto es la Segunda división, las espadas están en todo lo alto, las posibilidades al cincuenta por ciento y ambos contendientes, deseando que se levante el telón. A pesar del día y la hora, no me extrañaría que, en el Carlos Belmonte, se juntase un número importante de aficionados, porque, tengo para mí, que entre el albacetismo se vuelven a revivir agradables tiempos pasados, y no me estoy refiriendo a la fallida última promoción de ascenso, no, me estoy yendo más lejos, donde al final de la película, hubo beso y se acabaron casando los protagonistas.
Rubén Albés, con buen criterio, sigue enrocado en su sensato discurso, evita vender humo y no se muestra propenso a levantar grandes expectativas, pero por cómo plantea los partidos, no juega para evitar el descenso. No seré yo, quien hable por boca de gansoy diga lo que el entrenador no quiere decir. Y hace muy bien, es uno de los mejores técnicos que ha pasado por Albacete, pero está demostrando saber, incluso, más de psicología que de fútbol. Con esto está casi todo dicho, quien prescinde del aspecto psicológico en el fútbol, no sabe mucho, ni de una cosa ni de la otra; en este sentido, podemos sentirnos tranquilos, puesto que el actual inquilino del banquillo blanco es un fuera de serie en ambas disciplinas.
Cuesta adivinar cuál es la situación efectiva de nuestro Alba, y no me parece mal, porque la Segunda es una categoría a la que conviene no perderle el respeto. Estamos más cerca de la cabeza que de la cola, pero hasta que no hayamos cazado al oso, no debemos poner en venta su piel. La implicación de los nuestros y su buen hacer, es, ahora mismo, nuestro único patrimonio, que no es mal asunto. El Alba está haciendo una campaña sobresaliente, sabedor de que ni con los dineros, ni con los colores, ni con la historia, se hace camino, lo único que cuenta es el desempeño por los céspedes y, repito: el Albacete Balompié, lo está haciendo muy bien. Despacito y sin levantar mucho la voz, nos hemos colocado en la mitad cómoda de la tabla. No podemos pedir más.
Tengo la grata impresión de que los rivales encaran al Alba, con cierta aprensión, no digo miedo, pero sí, con la incomodidadpropia de quien se enfrenta a uno de los equipos más en forma. La categoría está llena de buenos conjuntos, pero en el momento actual, somos capaces de achantar a cualquiera. No hay mejor táctica, que la de saberse capaz.
