¿Los abonos son siempre fertilizantes? (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

jueves, 02.08.2018

Mucho se está hablando últimamente del número de abonados que hasta la fecha han decidido retratarse y, apoyar así, al Alba.

Bien entrado el verano, constatamos fehacientemente, una vez más, que el Alba es lo que es. Y Albacete, es lo que es. Pretender ser lo que no somos, no hace sino estresarnos y llamar a la frustración. Echando un vistazo superficial al estado actual del escalafón del número de abonados de los diferentes equipos que conforman la categoría, no hace falta ser un lince de la sociología para ver que los equipos punteros están en la ciudades más populosas, cuyos equipos titulares acumulan mucha historia y tienen justificadas ambiciones.

¿Qué sentido tiene comparar Albacete con Palma o Zaragoza o Málaga o La Coruña o Gijón?: ninguno. Y comparar el Carlos Belmonte con estadios de 30.000 asientos, no sólo es absurdo sino contraproducente. El Alba y su afición, debemos gozar del hecho de compartir cartel con estas históricas escuadras. La justa de lo que suceda en el tapete verde, es lo único que nos debe preocupar.

Entiendo el pataleo de los dueños del Club y sus sugerencias a los poderes públicos, pero tratar de culpabilizar a los aficionados, no me parece de recibo. ¿Cuándo se ha escaqueado la afición blanca? ¿Cuándo el equipo la ha echado de menos?, ¡exacto!: cuando el equipo no ha estado a la altura. Con abonados o sin abonados, a poco que funcione la temporada, el Belmonte se asentará en los 10.000 espectadores de media.

Pero claro, primero tiene que ir Mahoma a la montaña. Mover montañas, no está al alcance de cualquiera, en eso estamos de acuerdo. Si llega octubre y el equipo ha dado la cara, el público irá al estadio. Y cantará y llevará sus bufandas y después de cada triunfo se irá a celebrarlo. Albacete, no es Río de Janeiro -ni falta que hace-, pero sabemos celebrar las alegrías. Con moderación, pero nos gusta que nos den motivos para festejar. Así pues, al tajo, dennos un punto de apoyo y moveremos el mundo.