El Rayo y la niebla no nos impidieron ver la Navidad (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

lunes, 24.12.2018

Como diría Jack, vayamos por partes.

Primero, el Rayo Majadahonda como preveíamos, tiene mucho más fútbol de lo que dice la clasificación.

Segundo, no quiero hablar del flautista que hoy nos dio todo un concierto navideño, desafinado y muy sospechoso. No quiero hablar de árbitros.

Tercero, por cierto, ya que me sacan el tema y hablando de arbitrajes, me alegro enormemente que el cabreo generalizado no llegue al césped. Nunca en mi vida vi un equipo más concentrado con unos arbitrajes tan nefastos. Y donde digo nefastos, insisto, quiero decir sospechosos. Pero no quiero hablar de árbitros.

Cuarto, en cuanto tengamos jueces ecuánimes –algún día se hará la luz y el VAR, nos saldremos. Con todo y con eso, nos estamos saliendo.

El equipo no se desquicia y eso, creo que es labor de buenos psicólogos.

Cuando llegué al campo vi cierto relajo entre la parroquia, no sabía si es que la mayoría había trincado gordos o pedreas varias, si era la alegría de la Navidad, la posibilidad de dormir muy arriba o, simplemente que el personal se las prometía muy felices frente a los madrileños.

El frío, la niebla, el hecho de tener enfrente un equipo muy serio y de jugar contra doce, me tuvo en un sinvivir hasta el descanso. En la segunda parte, creí que no llegaba a la Nochebuena.

Pero sigo viendo a los nuestros muy concentrados ya que ni siquiera el flautista los sacó de quicio, ni tampoco el dominio del rival. El Alba da la sensación de mucha seriedad y volvimos a dejar la puerta a cero.

La primera parte luchamos contra los elementos, pero sobre todo contra el elemento. En la segunda estalló el caos, la guerra de guerrillas y llegó la hora de los valientes. El Rayo Majadahonda apostó fuerte, pero Ramis no sólo no se achantó, sino que quiso el mus y jugó a la grande. Se jugó sin centrocampistas y el vértigo fue el gran protagonista. Como viene siendo habitual, en el intercambio de golpes estratégicos, don Luis Miguel se llevó el gato al agua. A la niebla, más bien. De repente, uno de los nuestros lanzó un obús y gritos unánimes, adrenalinas explotando por doquier, abrazos y el segundo puesto que ya es nuestro. Tras diecinueve jornadas, dormimos en ascenso directo.

Que nadie olvide que esto es algo provisional y que todavía nos faltan una docena de puntos para festejar la salvación. Lo que no admite dudas es que hay veinte equipos que firmarían nuestra posición antes de empezar a turronear, sin embargo lo mejor de todo, es que los veintiún rivales de la categoría nos envidian, ya no sólo por la cosa estadística, sino por las sensaciones que transmite nuestro Alba.

Llegué a casa casi a dedos, no se veía mucho, pero esta de mañana será la mejor Nochebuena desde hace varios lustros.

Feliz Navidad a todos los que han hecho posible un Albacete Balompié exitoso y, por supuesto, a todos los lectores de CINCO MÁS EL DESCUENTO.