Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 14.12.2018

Sorianos y albaceteños sabemos lo que es Siberia, así que nadie podrá echarle las culpas al maestro armero de lo que suceda en el césped por cuestiones puramente climáticas. No quiero mentar al flautista que vigilará el devenir de un partido difícil. Hablemos de fútbol y de lo que nos aguarda en la estepa. Sólo eso.

No nos conviene remitirnos mucho a la historia, puesto que ésta nos es desfavorable en los enfrentamientos con los numantinos, así que restrinjamos al presente nuestras valoraciones. Aquí sí tenemos margen para el moderado optimismo.

Tras el fracaso en las eliminatorios por el ascenso de la temporada pasada, al Numancia le está costando una barbaridad salir de su errática dinámica. Pero cuidado, porque suele ser un equipo que va de menos a más y en su casa se muestra duro de roer. Sólo ha perdido dos veces.

Tendremos que estar muy atentos porque de los seis primeros clasificados, somos los que más encajamos, incluso habiendo pasado la racha de cuatro partidos dejando nuestro arco a cero. Sólo en cinco encuentros hemos salido con el marcador en contravirgen. Pido perdón por este pequeño mareo estadístico que no es nada más que para resaltar el hecho de que seguimos en alertaroja, a pesar de nuestra plaza de privilegio.

Lo más interesante de todo, es el hecho de seguir mejorando la autoestima jornada a jornada. Hemos demostrado que podemos jugar con el marcador en contra y con jueces infaustos, el Alba Balompié tiene una plantilla con mucha calidad e implicada. Todos se sienten útiles, porque todos lo son, lo vemos en cada partido gracias al estamento arbitral. Quizá debamos estar en deuda con ellos antes que enojados por sus caprichosas decisionesya que Ramis se ha visto obligado a improvisar y, como tiene el material humano que tiene, no le supone gran quebranto.

El Numancia viene de hacer un gran partido en Riazor y, por tanto, con el ánimo dispuesto, pero el Alba sigue en buenas manos y no tenemos por qué dudar, ni depender del rival. Lo único que debemos temer, y hablo sólo de los espectadores, es al frío que nos espera. No sé ustedes, pero predisponerse a pasar frío en el Belmonte, es algo intrínseco al buen albacetista y por ello no nos supone ningún menoscabo, pero lejos de casa, no sé, parece que se siente más. Y en Los Pajaritos, me temo que vamos a compartir escaño con algunos pingüinos, que irán con trenca, bufanda y guantes.

Con lo bien que estaría uno con el brasero debajo de la mesa de camilla, un chocolate con picatostes y sufriendo junto a losamigotes frente al televisor. Que no salga de aquí, pero déjenme confesarles que el fútbol tiene cosas que hace que hagamos cosas de lo más estrambóticas.