Escrito por: Bienvenido Picazo
viernes, 18.01.2019
Que nadie se asuste por el titular, y es que tengo la intuición de que hay motivos para pensar así. Voy a tratar de explicarme.
Es un hecho incuestionable que el Alba juega más distendido lejos de casa y no lo es menos el dato de que el Dépor viene de encadenar tres dolorosos resultados, ergo si perdiésemos, no pasará nada grave, salvo que sea de forma estrepitosa -e incluso así-, empero si ganásemos, habríamos roto la imbatibilidad de los herculinos en su feudo y noqueado a un rival directo. No quedaría muerto ni muchísimo menos, sólo algo grogui. El empate, que no desequilibraría el «average», nos dejaría mucho más a gusto a nosotros, a pesar de que sería el tercero consecutivo, en nuestro haber quedaría el regusto de haberlo hecho contra poderosos rivales directos. El Alba debería afrontar el partido sin prisas y sin estrés. Ellos, todo lo contario.
En agosto, el Real Club Deportivo de La Coruña figuraba en todas las cábalas, en el binomio de favoritos al ascenso directo, fue nuestro primer rival y hoy, al cabo de cinco meses, las cosas han dado un pequeño giro. En realidad el único que ha cambiado ha sido el Albacete de Ramis, los demás están más o menos donde nos esperábamos, razón por la cual ahora viene pintiparado que nos toque en suerte este tremebundo miura, cuando todavía hay margen para recuperarnos de las cornadas y a ellos les han sobrevenido las dudas. Sin ir más lejos, han estado mandando mensajes lastimeros durante toda la semana anunciando bajas y calamidades mil. Paparruchas.
El balance de los blanquiazules en casa provoca sudores fríosal más pintado, sólo ha cedido tres empates en diez partidos, lo demás son victorias con apenas cinco goles encajados.Claro que, si tomamos en cuenta los ya mentados últimos tres encuentros, nos topamos con el sorprendente hecho de que no ha visto puerta, lo que nos lleva a sospechar que está pasando una pájara. Como dicen los que verdaderamente saben de esto, quizá esté pasando su particular travesía del desierto, elbache famoso por el que todos tienen que pasar a lo largo de la temporada. En suma, quién sabe, lo cierto es que hay lugarpara un rayito de moderado optimismo. Para más inri, los gallegos no las tendrán todas consigo ante la llegada de los blancos de La Mancha, que ya empiezan a ser vistos por doquier cual molinos inexpugnables.
Resumiendo, la cita del domingo es otra lid de alto copete que concitará el interés no sólo de los directamente implicados, sino de todo aquel que guste de emociones fuertes.
Precavido como soy, porque el Alba no nos da tregua, llevo toda la semana cargando las pilas del marcapasos, ya que en dos horas de partido se me descarga. No creo que el domingo sea una tarde plácida, antes al contrario, de hecho, cuando llego a los campos, siempre compruebo dónde se ubican los muchachos de la Cruz Roja y procuro quedarme a tiro de piedra de la camilla y los desfibriladores.
Mi mujer, cuando me acompaña, prefiere irse a ver museos, leer o chatear con el whatsapp mientras degusta un té con leche o similar. Al menos eso me dice, creo; total hasta pasadas un par de horastras cada partido no vuelvo en mí.